El atentado se produjo en una zona situada entre la Residencia Universitaria y la Facultad de Arquitectura, en un sector de la ciudad controlado por el Ejército. Según la televisión estatal y la agencia oficial SANA, el ataque fue obra de "grupos terroristas" que lanzaron dos proyectiles desde la zona de al-Leramon (en el norte de Alepo) hacia el campus universitario en el que están alojados muchos refugiados que huyeron de los barrios más conflictivos de la ciudad, escenario de constantes choques entre los rebeldes y el Ejército.

El opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), que actúa desde Londres y recaba información de una amplia red de activistas y médicos en Siria, afirma que se trató de un ataque de las Fuerzas Armadas del presidente Bashir Al Assad. En tanto, el coordinador de la red opositora Sham en la provincia de Alepo, Mohamed Nur, relató a la agencia española Efe que "la aviación del régimen lanzó dos barriles llenos de explosivos contra la Universidad", después de que los servicios de seguridad cerraran todos los accesos a la zona. En el mismo sentido se expresó la Comisión General de la Revolución Siria, que sostuvo que se trató de un "ataque de la aviación" contra civiles.

En medio de las acusaciones versiones cruzadas, una fuente militar anónima citada por la agencia de noticias Europa Press aseguró que la explosión fue ocasionada por un misil tierra-aire disparado por rebeldes que erró el blanco y cayó sobre el campus.

Desde julio pasado, Alepo -la ciudad más grande de Siria y uno de sus polos comerciales-, es uno de los principales frentes del prolongado conflicto que ya dejó más de 60 mil muertos, según Naciones Unidas. Paralelamente, al menos 50 personas murieron hoy en Al Hasauiya, en las periferias de la ciudad de Homs (centro del país), según la Comisión General de la Revolución Siria, que responsabilizó al Ejército de las muertes. También el opositor grupo de Comités de Coordinación Local (CCL) culpó al gobierno por estas muertes, y señaló que la mayoría de los fallecidos fueron ejecutados por grupos de "shabiha" o milicianos a favor del régimen.

Los ataques contra civiles se producen un día después de que el viceministro sirio del exterior, Faisal Mekdad, anunciara que Al Assad "no renunciará antes de las elecciones presidenciales previstas para mediados de 2014".