La declaración conjunta fue acordada en París, durante una reunión de seguimiento de los acuerdos de Minsk pactada por los presidentes de esos cuatro países en la primera quincena de febrero, a fin de salvar el frágil alto el fuego en el conflicto que causó más de 5700 muertos en 10 meses.

La declaración pide asimismo a todas las partes "que aseguren a los observadores de la OSCE el pleno acceso a todas las zonas", así como "un acceso sin restricciones de la ayuda humanitaria".

El acuerdo fue dado a conocer luego del incremento del fuego en Mariupol, la ciudad más grande bajo control del gobierno ucraniano en la cuenca del Donbass -formada por las regiones de Donetsk y Lugansk- y blanco potencial de una ofensiva de los separatistas prorrusos. Ucrania los acusa de acumular armas pesadas en las inmediaciones del puerto para un ataque.