La decisión tomada durante la audiencia celebrada en la localidad de Nanterre, en la que el político hizo su descargo, maduraba desde hace meses, ya que la cúpula partidaria lo había suspendido y le quitó la presidencia honoraria, días después de sus declaraciones pro nazis.

Jean-Marie Le Pen acudió a tribunales para apelar la medida a fin de volver al partido y recuperar la presidencia honoraria. La corte falló a su favor y exigió un congreso del partido en el que Le Pen tuviera derecho a una defensa. Eso ocurrió finalmente hoy, pero no modificó la suerte del viejo político de derecha.

Antes de la audiencia con el comité ejecutivo del partido, Le Pen había declarado que no consideraba que a ese cuerpo le correspondiera decidir su suerte como presidente honorario. "Expresé mi deseo de que este este episodio algo polémico sea sólo una etapa en el camino hacia la reconciliación del Frente Nacional", lamentó el expulsado.