Lunes, 26 de septiembre de 2016 | Hoy
19:38 › OPINIóN
Por Mempo Giardinelli
Era previsible, aunque muchos no lo quieran reconocer: la Confederación General del Trabajo finalmente, y presionada, anunció un paro de 24 horas que más bien parece que no lo hará porque “por ahora” tal medida de fuerza no tiene fecha.
O sea que se decidió una huelga general pero de mentirita, como dicen los niños. O sea sin fecha, o sea un perfecto sí pero no.
Así el Gobierno ganará más tiempo mientras el pueblo lo sigue perdiendo. Y ya se verá qué par de bizcochos les ofrece esta semana el macrismo a los sindicalistas para que la huelga se dilate y nada por aquí, nada por allá.
Claro que esas viejas mañas de dirigencias sindicales claudicantes por fortuna no son macizas. Y es que además de las dos CTA, cuyas convocatorias son cada vez mayores, hoy también marcan diferencias sindicalistas como el bancario Sergio Palazzo, quien no sólo dijo que “tiene que haber un paro nacional en octubre” sino que subrayó que la conducción cegetista lo sabe.
Ojalá el escepticismo de esta columna sea desmentido en los hechos, pero el juego es harto conocido y no le hace ni cosquillas a la realidad cada vez más desesperante que padecen cientos de miles de familias argentinas, invisibilizadas por un gobierno frívolo y mentiroso, la prensa canalla y la telebasura sistemática.
A medida que se conocen las nuevas fortunas offshore que tienen el Sr. Presidente y sus familiares y amigotes en los llamados “paraísos fiscales”, impresiona constatar que aquí de eso casi no se habla. Salvo unos pocos medios alternativos, porque la censura de hecho establecida hoy en este país es fenomenal, la prensa del régimen funge como celosa protectora del nuevo y miserable procerato macrista.
Por eso tampoco dice una palabra de los presumibles chanchullos de la Sra. Vicepresidenta, que no hizo público un robo en su casa dizque porque era el novio que le prestó. Pero luego las cifras no coincidían, la empleada doméstica declaró que en ese hogar mover fortunas era cosa diaria, nada estaba declarado, y la fundación que la dama preside había sido que manejó cientos de miles de dólares, y los libros contables bien gracias y ahora hacen como que ni sí ni que no, pero mejor quién sabe y hablemos de otras cosas.
Es obsceno el silencio en estas materias del ultraoficialista diario La Nación, principal encargado de ocultar todas las maniobras ilegales del régimen macrista. Secundado por el también ultraM diario Clarín, ambos medios se encargan no sólo de consolidar y propagandizar el fraude moral que padece este país sino también de cooptar a muchos y sobre todo muchas dirigentes políticas que hasta ayer nomás se las daban de impolutos fiscales republicanos.
La protección mafiosa al Sr. Macri y a su familia es hoy –y es hora de decirlo– un verdadero crimen de lesa comunicación.
Así es como se deforman las instituciones de esta república, que hoy tienen consistencias gelatinosas, y ahí está para probarlo la reverendísima Corte Suprema cada vez más funcional al Gobierno (lo que era previsible desde que entraron dos cortesanos por la ventana) y ahora encima ayudando a sostener todas las dudas de los que dudan acerca del más que obvio suicidio del Sr. Nisman. A quien, pobre desdichado en su tumba, familiares y colegas parece que seguirán utilizando a ver si logran arrimarle un bochín a la ex presidenta.
Y mientras tanto los colonizados y muy pequeños burgueses argentinos –que no son pocos– superan todos los límites. Gran ejemplo del estupidario y el cretinismo vernáculo fue, la semana que pasó, el anuncio disfrazado de nota periodística en el diario La Nación del pasado día 20 sobre la empresa “Ser mamá en Miami”, que ofrece servicios de parto para tener hijos en los Estados Unidos. Así, los bebés nacerán estadounidenses como vía para que los papás obtengan después el anhelado, sublime pasaporte de ese país.
Sí, tal como se lee. No es broma. Esta empresa iniciará actividades legales en estas pampas desde el próximo 14 de octubre, en Puerto Madero, of course, y ofrecerá paquetes de obstetricia y pediatría con parto en tres hospitales de Miami: el Miami Medical Center, el Palmetto General Hospital, y el Mercy Hospital. ¿Los precios? Desde 9740 dólares para arriba, lo que posiblemente dará lugar al patético espectáculo de nutridas colas de porteños planificando partos offshore. Claro que también cabrá desear que a esos papás les vaya bien, muy bien, y que no regresen jamás.
O que vuelvan en un colectivo trucho como ése en el que subieron a Macri para darle un ridículo, vergonzoso baño populista luego ocultado por los medios ultraM.
Hay mucho que cambiar en esta república. Por eso el reclamo de miles de adherentes de El Manifiesto Argentino que promueven una profunda Reforma Constitucional.
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