01:04 › DEBATE 2016

Clinton y Trump midieron fuerzas en el primer debate televisivo

Los candidatos presidenciales Hillary Clinton y Donald Trump protagonizaron el primero de una serie de tres debates, crucial para sus aspiraciones de llegar a la Casa Blanca. Desde el inicio, los aspirantes a suceder a Barack Obama se trabaron en un áspero duelo verbal, con constantes interrupciones y acusaciones cruzadas, ignorando los esfuerzos del moderador por poner orden. En la apertura de la discusión, Clinton dijo que la "cuestión central" de la elección es decidir "qué país queremos ser", y afirmó que como presidenta se propone "construir una economía que funcione para todos" y que sea más "justa". Por su parte, Trump alertó que Estados Unidos no está haciendo nada para evitar que se pierdan puestos de trabajo y sean transferidos a otros países, entre los que mencionó a México y China.

Poco duraron las sonrisas con las que Hillary Clinton y Donald Trump se estrecharon las manos dando inicio al debate electoral en Estados Unidos que más expectación ha despertado en las últimas décadas. La candidata del Partido Demócrata a la Casa Blanca y el del Partido Republicano ventilaron sus trapos sucios sobre el escenario de la universidad neoyorquina de Hofstra, en Long Island, y chocaron en economía, tratados comerciales y otros asuntos.

"Donald, es bueno estar aquí con usted", manifestó con cierto tono de ironía Clinton, situada a la izquierda de Trump. Ella fue la que rompió el hielo. "Quiero que esté contenta, es importante para mí", le contestó el republicano poco después. Enfrente tenían al periodista Lester Holt, de NBC, como moderador.

La primera mujer que puede llegar a presidir Estados Unidos y el multimillonario reconvertido en político concurrieron al debate de hora y media sin ayuda de notas previas. Fue la primera vez que se los vio hablando frente a frente desde hace años. Y Trump habló del escándalo de los e-mails que tanto daño está haciendo a Clinton en la campaña. Ella, de las declaraciones de impuestos que Trump se niega a publicar.

"Cometí un error usando un email privado", admitió Clinton, "asumo la responsabilidad por ello". "No fue un error, lo hizo a propósito", le espetó Trump.

El republicano se comprometió a publicar sus declaraciones de impuestos -tradicionalmente lo hacen los candidatos presidenciales pero él no lo ha hecho- si Clinton publica 33.000 emails que no se han hecho públicos.

El primer cara a cara entre la exsecretaria de Estado y el magnate está considerado como el momento más importante de una campaña que está siendo dura. Habrá dos más: el 9 y el 19 de octubre. A poco más de 40 días para las elecciones del 8 de noviembre, el electorado está polarizado y las encuestas, más igualadas de lo que se preveía.

La ventaja media de más de 6 puntos porcentuales que Clinton llegó a sacar a Trump tras las convenciones en las que ambos fueron nominados por sus partidos en julio se ha reducido hasta el entorno de los dos puntos porcentuales (2,3 según los cálculos de RealClearPolitics).

Clinton acudió al debate como favorita por su experiencia, tras haber sido primera dama, senadora y secretaria de Estado. Su reto era combatir la frialdad y desconfianza que genera, según las encuestas.

Trump, siempre imprevisible y polémico desde que hace año y medio se lanzó a la arena política, afrontaba el desafío de demostrar estar capacitado para dirigir la primera potencia mundial. "Me preparé este debate, sí lo hice, y me preparé también para ser presidente, y creo que es una buena cosa", manifestó Clinton a mitad del debate.

Dos encuestas divulgadas el mismo día del debate muestran a Clinton con una ventaja inferior al margen de error. El sondeo de la Universidad Quinnipiac otorga a Clinton 44 por ciento de apoyo y a Trump el 43, un resultado "demasiado ajustado" y que constituye un "empate virtual", según los responsables de la encuesta.

En tanto, un sondeo de CNN/ORC revela una diferencia de un punto porcentual entre ambos postulantes en los Estados de Pensilvania y Colorado. Aunque los resultados de los sondeos han variado ampliamente en los últimos dos meses, lo cierto es que al inicio de la campaña Clinton tenía una enorme ventaja de dos dígitos sobre Trump, y a pesar de los espectaculares gastos de campaña esa superioridad se ha esfumado.

La expectativa generada por el debate fue de tal magnitud que la bolsa de valores de Wall Street terminó a la baja. "El mercado está percibiendo que puede no ser una victoria fácil para Clinton", dijo Peter Cardillo, economista jefe de First Standard Financial. "Normalmente una victoria de los republicanos sería positiva para el mercado de acciones, pero Trump puede crear mucha incertidumbre", apuntó.

El debate, de 90 minutos sin interrupciones, se realizó en la Universidad de Hofstra, Nueva York, y superó los 80 millones de espectadores que tuvo el choque entre Ronald Reagan y Jimmy Carter en 1980, la mayor audiencia registrada en las campañas electorales de Estados Unidos.

El 88 por ciento de los electores considera que Clinton es muy inteligente, pero el 65 no la considera honesta, y el 52 tiene una opinión francamente negativa de ella. En tanto, el 61 por ciento de los estadounidenses tiene una opinión negativa de Trump.

Cambiar esa percepción en las semanas que restan para la elección será una tarea de colosos. Por ello, todo el fin de semana los candidatos suspendieron sus actos de campaña y se encerraron con sus enormes equipos de asesores para ensayar cada detalle del debate.

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"Debemos hacer la economía más justa y empezar por elevar el salario mínimo", dijo Clinton, mientras Trump retomó sus críticas a los tratados de libre comercio y advirtió que "nuestros empleos se están yendo del país".
 
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