A los típicos huevazos y paquetes de harina con que se "homenajea" a los que se gradúan, se sumaron en esta ocasión decenas de pomos de témpera con la que los estudiantes se salpicaron hasta quedar completamente cubiertos de colores, al estilo de un body painting hecho por el norteamericano Jackson Pollock.

Al caer la tarde cientos de jóvenes, embadurnados de pintura de la cabeza a los pies, bailaban y se abrazaban en una "rave" callejera montada en el casco histórico porteño.

Foto: Télam

Un vocero del establecimiento aseguró que este año no se llevó a cabo la tradicional "vuelta olímpica", que en distintos años finalizó con pintadas, destrozos de mobiliario y otros daños.

"Los chicos están celebrando con alegría en la calle, con música, divirtiéndose", precisó el informante, quien destacó que en esta oportunidad fueron los mismos estudiantes quienes optaron por no atentar contra la estructura del colegio.

Una de las célebres "vueltas olímpicas" de este establecimiento -inaugurado en ese mismo solar en 1772 como Real Colegio de San Carlos por el entonces virrey Juan José de Vértiz- tuvo lugar en 1986, cuando los estudiantes de quinto año soltaron un chancho enjabonado, cuya captura demandó varias horas de esfuerzo a ordenanzas y preceptores.

Un año más tarde, un alumno abrió un matafuegos dentro de la majestuosa biblioteca -creada por el presidente Bartolomé Mitre en marzo de 1863-: la limpieza del polvillo demandó varios meses, en los cuales la sala se mantuvo cerrada al público.

En los últimos años, y no sin varios conflictos, las autoridades fueron cediendo a los reclamos estudiantiles por mayor participación en la gestión de la casa de estudios y cambios en un régimen disciplinario anacrónico, a cambio de ello acordaron modificar la forma de expresar la alegría de concluir los estudios en el decano de los bachilleratos porteños.