La muerte del profesor Carlos Fuentealba produjo un inusual encuentro entre las dos centrales gremiales, la CGT y la CTA, que en un documento conjunto ratificaron sus respectivas medidas de fuerza decretadas ayer al conocerse el trágico descelace de la represión policial contra una protesta docente en Neuquén.

El secretario general de la CGT, Hugo Moyano, concurrió a la sede de Suteba, adherida a la CTA de Hugo Yasky, donde se llevó a cabo la primera reunión entre ambas irreconciliables organizaciones desde que el camionero está al frente de la mayor central de trabajadores.

Moyano dijo que la CGT declaró el lunes "jornada de duelo y dolor" y llamó a un cese de actividades en todas las ramas adheridas de 12 a 13, en tanto Yasky, por la CTA (que agrupa a buena parte de los estatales), ratificó un paro de 24 horas para ese día y una marcha a partir de las 11 desde el Obelisco hasta la Casa de la Provincia de Neuquén.

El judicial Julio Piumato (secretario de Prensa de CGT) leyó el documento que expresó que "es repudiable que el justo reclamo se pretenda acallar con estas metodologías que, creíamos, eran parte del pasado".

"En tiempos que el superávit fiscal alcanza y supera niveles históricos, los trabajadores nos preguntamos hasta cuándo seguir ajustando", sostuvo el texto y advirtió que si con estos hechos "se pretende condicionar la libre discusión salarial del conjunto de los trabajadores, llevada adelante en el marco de las paritarias, el camino elegido está errado".

La CTA y la CGT instaron "a los distintos gobiernos a solucionar en forma pacífica y abriendo los canales de diálogo con los trabajadores sus justos reclamos".

Tras ratificar las medidas de fuerza, "cada una con su modalidad", ambas centrales declararon: "basta a la metodología de reprimir el reclamo de los trabajadores".

Tras la lectura del documento, Moyano dijo que la CGT "se encuentra conmovida" por el asesinato de Fuentealba y expresó su "repudio absoluta a esa muerte injusta y criminal".

Por su parte, Yasky destacó el "amplio marco de unidad" expresada y dijo que ambas centrales están "mancomunadas en la defensa de algo que no tendría que estar en discusión: la vida de los trabajadoras y trabajadores, y el derecho al reclamo social".

El titular de CTERA advirtió que "no se puede admitir el autoritarismo de caudillos provinciales que piensan que se pueda poner en juego la vida de los trabajadores" en una protesta social, y agregó que "nosotros tenemos que erradicar esto, que conecta con esa ideología de la que están impregnados algunos que tienen la cabeza puesta en los años de la dictadura".

"El crimen de Neuquén no puede quedar impune. No se trata de poner en el banquillo de los acusados a los chivos expiatorios. Tiene que asumir esa decisión el propio Sobisch, que ayer salió disfrazado de la Casa de Gobierno", advirtió.

Según dijo, "si las instituciones de la democracia funcionan, (Sobisch) tendrá que salir después del juicio político que le corresponde".

"Tenemos que unirnos en torno a esta demanda, no puede haber diferencias: garantizar el proceso de distribución de la riqueza se consolide. La única manera de consolidar la democracia es haciendo más justa la sociedad", concluyó Yasky.

Además, estuvieron el titular de Suteba, Roberto Baradel, por la CTA, y José Luis Lingieri, por CGT.