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La elección de autoridades en la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA) renovó el mandato de la izquierda y dejó afuera a los sectores reformistas que habían reingresado el año pasado. “Son la peor expresión del movimiento estudiantil y logramos desarticular su intento de dividirnos”, dijo a Página/12 Itaí Hagman (La Mella), presidente electo. Agustín Olalla (AFO, aliados de Franja) aseguró que “la izquierda no da espacio para hacer nada y solamente quieren garantizarse la caja”.

La izquierda conducirá ahora con un frente en el que conviven espacios de centroizquierda e independientes. “La derrota de la Franja en la FUBA se suma a la del Consejo Superior (la izquierda ganó cuatro consejeros contra uno de los ex Franja). Demuestra que la mayoría de los estudiantes está en contra de los negocios con la educación”, afirmó Hagman.

“La FUBA está usurpada por el PO y la izquierda. Es lo único que les queda para poder financiar sus campañas”, respondió Olalla, secretario general saliente de la federación. A diferencia del análisis de los militantes de izquierda, Olalla aseguró que la actual conducción “tiene el apoyo de la minoría de los estudiantes si tenemos en cuenta que las facultades más grandes, como Derecho y Económicas, junto a Farmacia y Odontología, son el doble de gente de la que los vota a ellos”.

Dentro del frente que gobernará la FUBA existen diferencias. “Siempre hay divergencias en un frente porque por definición es una reunión de fuerzas. Nosotros no escondemos las polémicas, lo que nos une es enfrentar a la derecha y al rectorado de la UBA, y esto lo tenemos claro”, aseguró Alejandro Lipcovich (PO), nuevo copresidente de la federación. Hagman aclaró que “la agrupación va a impulsar cambios profundos en la FUBA. Hay que acercarla otra vez a los estudiantes”.