Sábado, 11 de junio de 2016 | Hoy
UNIVERSIDAD › EL RADICALISMO QUIERE QUE LA IGJ CONTROLE LA ELECCION DE LA FUBA
A propuesta del bloque radical, la UBA aprobó solicitar un veedor de la Inspección General de Justicia para la elección de la federación estudiantil, convocada para el próximo martes. La conducción de la FUBA denunció una maniobra de Cambiemos.
Entre negociaciones políticas y una polémica por la posible actuación de la Inspección General de Justicia, ayer comenzaron los debates preliminares del congreso de la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA), que debería concluir el próximo martes con la renovación de autoridades del órgano que representa a los trece centros de estudiantes de la UBA. Los últimos dos años no se pudo hacer la elección porque no hubo quórum, y se terminó prorrogando la conducción de un frente de izquierda encabezado por el PO y La Mella. Este año tampoco está claro si habrá quórum o no. Las agrupaciones radicales y reformistas (Nuevo Espacio, Franja Morada) tienen la mayor cantidad de delegados, pero no alcanzan quórum propio –es decir, la mitad más uno de los 130 delegados–; la actual conducción depende de las alianzas que logre acordar para continuar al frente de la federación; mientras que las organizaciones kirchneristas, como tercer bloque, pueden inclinar la balanza: integrando algún frente, dando quórum o negándolo.
A este complejo escenario político se le sumó el miércoles pasado un nuevo elemento: en el Consejo Superior de la UBA (el órgano de cogobierno de la universidad), la mayoría de graduados (radicales y aliados) presentó un proyecto que solicita a la Inspección General de Justicia (IGJ) que envíe “veedores que velen por el normal funcionamiento y legalildad” del congreso de la federación. El proyecto argumentó que la petición es factible porque la FUBA fue reconocida por la UBA, en febrero de 1984, como una “asociación de segundo grado representativa de los estudiantes de la universidad”.
La iniciativa se aprobó por amplia mayoría y las críticas estudiantiles no tardaron en llegar. Desde la presidencia de la FUBA denunciaron una virtual intervención: “Es una situación grave y preocupante, una maniobra más para callar a una federación que se opone a las políticas de ajuste del macrismo”. Además, señalaron especialmente al titular de la IGJ, Sergio Brodsky, como “un abogado que fue funcionario de la UBA, que está ligado a la Franja Morada y es la mano derecha de Angelici (Daniel, presidente de Boca) y Richarte (Darío, ex vicerrector de la UBA)”.
Desde el rectorado de la UBA aclararon que no se trata de una intervención, sino del llamado a un veedor para que evalúe las condiciones en que se realice el congreso. Los estudiantes reformistas argumentaron que la FUBA, al ser reconocida por la IGJ, puede someterse a esta “medida de transparencia, para que alguien vea, sin intervenir en el proceso, cómo se desarrollan las elecciones, la acreditación y presentación de listas”.
El frente que hoy conduce la FUBA está integrado por el Partido Obrero, La Mella, Izquierda Socialista, Comunismo Revolucionario y Cauce. Entre esas agrupaciones hay perspectivas diferentes sobre qué hacer el martes que viene. Desde el PO e Izquierda Socialista entienden que la conducción debe ampliarse, pero “no con cualquiera a cualquier costo”, y pretenden que las agrupaciones kirchneristas les cedan sus votos. El PO apunta contra La Cámpora y la cual acusan de un eventual acuerdo para darles quórum a las agrupaciones radicales. Julián Asiner, copresidente de la FUBA por el PO, expresó: “Sabemos que hay muchas agrupaciones del espacio kirchnerista que se oponen a ese pacto. Las llamamos, si realmente se oponen al macrismo y su ajuste contra la educación, a que rechacen públicamente ese acuerdo y aporten sus delegados para el triunfo de la actual conducción de la FUBA, que lucha por los intereses de estudiantes y trabajadores”.
La Mella tiene otra postura. “Debemos construir una federación con mayor pluralidad y unidad, que nos permita resistir la avanzada de Mauricio Macri y las autoridades. Por eso, creemos necesario construir un frente que represente al movimiento actual y que esté encabezado por La Mella, el PO y el kirchnerismo”, opinó Adrián Lutvak, copresidente de la federación, en diálogo con Página/12. Si ese frente se conformara, su victoria sería segura.
Las organizaciones kirchneristas, con La Cámpora como la fuerza con más delegados en el bloque, bregan, al igual que La Mella, por un frente de unidad contra la avanzada de Franja Morada, con la propuesta de acordar una presidencia tripartita para la UBA. El objetivo central es “que la pata estudiantil de Cambiemos no se adueñe de la federación”.
Julián Eyzaguirre, responsable político de La Cámpora en la UBA, explicó a este diario su posición: “Tenemos la tarea y la responsabilidad histórica de constituir la herramienta de los más de 300 mil estudiantes de la UBA, sin mezquindades, y encarar con firmeza la batalla contra el proyecto neoliberal de Mauricio Macri”. Para Eyzaguirre, sería la expresión de “la unidad que se vio el 12 de mayo en la multitudinaria marcha de los universitarios”. De todos modos, no escatimó críticas a la actual conducción de la FUBA y caracterizó que “la federación está vaciada de contenido gremial; no se preocupa por el ingreso, egreso y permanencia de los estudiantes en la universidad”.
Los reformistas son el espacio más crítico de la actual conducción: no la legitiman, dicen que está “usurpada por una conducción que se autoproclama”, que toma la federación “como un botín que sirve de caja para sus partidos”, aducen que la FUBA “maneja más de 50 millones de pesos sin rendirle cuentas a nadie”. “Que se cumpla el estatuto y presenten un balance”, exigió Ezequiel Marín, de la Franja Morada y candidato a vicepresidente de la FUA. “La FUBA no tiene política de becas de apuntes –agregó–, no pelea por espacios comunes para que los estudiantes puedan tener un comedor y espacios para estudiar.”
Informe: Gastón Godoy.
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