UNIVERSIDAD › ENTRE LA INTERVENCION Y LA RENUNCIA MASIVA

En el laberinto de Ingeniería

Las autoridades de la UBA postergaron la resolución sobre si fue válida o nula la destitución del decano. Debate y razones.

 Por Javier Lorca

La insólita e interminable crisis de la Facultad de Ingeniería sigue acaparando la atención del gobierno de la UBA. Ayer, ante la diversidad de posiciones y propuestas, las autoridades de la universidad acordaron una nueva postergación para definir si fue válida o nula la destitución del decano Bruno Cernuschi Frías, ocurrida en marzo. Esta vez, al menos, fijaron una fecha que parece inaplazable: la semana próxima, en una sesión extraordinaria del Consejo Superior. Detrás de la discusión planteada están presentes, explícitamente, dos salidas posibles al conflicto. Una es la intervención de la facultad, que por ahora no tiene consenso. La otra es una renuncia masiva en Ingeniería: de sus consejeros directivos y de Cernuschi, si antes es restituido.
“Traigan los cascos el miércoles”, les avisó un dirigente estudiantil a los profesores y decanos. Es que para la sesión ordinaria que mañana realizará el Consejo está prevista una movilización convocada por la FUBA y la AGD, en reclamo de la restitución de Cernuschi. “Esto es un escándalo, quieren seguir dilatando la decisión”, dijo un consejero alumno, Hernán Scorofitz, cuando concluía una reunión de la comisión de interpretación y reglamento del Consejo. Según lo acordado la semana pasada por los propios consejeros, la reunión de ayer a la tarde tenía que definir qué proyectos se presentarían en la sesión ordinaria de mañana. No fue así.
Hasta ese momento había dos despachos. Elaborado por la mayoría de profesores, algunos decanos (Odontología, Agronomía) y otros consejeros, un despacho sostenía que la remoción de Cernuschi fue nula, por lo que debe ser repuesto como decano de Ingeniería y debe anularse la designación de su sucesor, Carlos Rosito. Esta posición es la que promueve, también, el rectorado de la UBA.
El otro despacho, presentado por el decano de Derecho, Atilio Alterini, proponía devolver el expediente a la facultad para que Cernuschi haga su descargo ante las acusaciones de inconducta e incumplimiento de deberes formuladas por el consejo directivo de Ingeniería. Ese despacho, apoyado por la mayoría de graduados y los vicedecanos de Económicas e Ingeniería, agregaba que el Consejo Superior no tiene competencia para destituir decanos, por lo que no podría remover al sucesor de Cernuschi.
Otra propuesta fue agregada ayer por el consejero graduado Roberto Zubieta. Consistía en exhortar a Cernuschi y a los consejeros directivos de Ingeniería a que renuncien a sus cargos para, en breve, convocar a nuevas elecciones. Propuesta que sobrevoló las negociaciones de los últimos meses sin llegar nunca a consensuarse. La semana pasada el propio Cernuschi ofreció su dimisión si antes era restituido, pero sólo si se democratiza el claustro docente: esto no fue aceptado.
En una reunión que transcurrió con bastante amabilidad, pese a que hubo algunos gritos y unas cuantas chicanas, los consejeros superiores más afines al radicalismo fueron los que promovieron la nueva postergación. Su argumento: en los últimos días se abrieron vías de diálogo entre las partes enemistadas. Para abonar esa alternativa y, simultáneamente, complicar un poco más las cosas, se conoció que Cernuschi viajó al exterior y pidió licencia al menos hasta fin de julio. “Cualquiera de los proyectos analizados profundiza el conflicto en la facultad –dijo el graduado José Luis Giusti–. Pero ¿cómo lo vamos a restituir si no está en el país? ¿No se podría aprovechar el tiempo de su ausencia para seguir negociando una salida política al conflicto?”
Los consejeros de izquierda y progresistas se opusieron. “Es necesario reponer a Cernuschi porque las razones para destituir a un decano deben ser de extrema gravedad. Y las esgrimidas no son suficientemente graves. Dilatar la decisión es lo peor que podemos hacer. Nos llevaría otra vez a una situación sin salida, pero agravada por el paso del tiempo”, advirtió Federico Schuster, decano de Sociales. Una posición similar sostuvo la mayoría de alumnos. Sin embargo, no pudieron imponerse, porque la mayoría de profesores y decanos terminó cediendo bajo dos condiciones: ratificar (pero no tratar aún) el despacho que declara nula la destitución y convocar a una sesión extraordinaria del Consejo Superior, el miércoles 23, al solo efecto de terminar con este interminable asunto.

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