UNIVERSIDAD
El eterno retorno del conflicto en la facultad que no encuentra la paz
El enfrentamiento interno en Ingeniería de la UBA persiste. Denuncia judicial por malversación de fondos y defraudación.
Por Javier Lorca
“Conventillo”, “cotolengo”, “circo”. No se ponen de acuerdo para ninguna otra cosa, pero sí para definir de ese modo a la persistente actualidad de la Facultad de Ingeniería (UBA). El conflicto entre dos sectores –el decano y sus colaboradores versus la mayoría de los consejeros y secretarios de la institución– continúa y aún aumenta, pese a que hace escasos cuatro meses Bruno Cernuschi Frías fue restituido en su cargo por el Consejo Superior de la universidad tras ser echado por el consejo de su facultad. Ahora, el enfrentamiento encarnó en una denuncia de los opositores contra el decano por malversación de fondos y defraudación a la administración pública. Lo acusan de haber montado una estructura paralela de funcionarios sin contar con respaldo presupuestario. “Los secretarios obstruyen el trabajo del decano, por eso él tuvo que organizar un equipo propio para poder gestionar la facultad”, explicó un funcionario del decanato.
Las denuncias de los opositores contra el decano son dos. Una fue presentada ayer, ante el Juzgado Federal Nº 5, por un grupo de secretarios: acusan a Cernuschi de haber bloqueado el pago de sus salarios. “Este decano no está en condiciones ni cuenta con los elementos de juicio para certificar la efectiva realización de las funciones”, indica una nota firmada por Cernuschi, explicando por qué desautorizaba el pago a los secretarios de Investigación, Académico, de Relaciones Institucionales y demás.
Ayer mismo, ante la consulta de este diario, personal de la facultad informó que el problema ya había sido subsanado y que se había debido a la demora del expediente que certificaba la actividad cumplida por los funcionarios.
“Cuando la universidad lo repuso como decano, aceptamos las reglas de juego, aunque creemos que la revocatoria de mandatos es un principio básico de la democracia”, coincidieron Juan Manuel Di Teodoro y Hernán Ons, secretarios Legal y Técnico y de Extensión Universitaria, respectivamente. “Pero cuando el decano empezó a montar una estructura paralela se le dijo que no. Igual nombró gente en prensa, administración, concursos, una abogada, un auditor, todas funciones que ya existen en la facultad. Si hasta el Rectorado le desautorizó esas designaciones... Está dilapidando los recursos de la facultad. No hay plata para designaciones docentes pero sí para nombrar colaboradores. Es un delito penal y estamos obligados a denunciarlo porque, si no, seríamos cómplices.” Esa es la segunda denuncia, que consejeros profesores (mayoría y minoría) y graduados (mayoría) presentarán durante la mañana de hoy. Para los opositores, la situación es más grave que en marzo último, cuando votaron la destitución.
Como a los funcionarios de gestión los nombra el consejo directivo, y como en Ingeniería éste se opone al decano, el problema para Cernuschi es que carece de las firmas necesarias para avalar sus decisiones. “El decano, dentro de sus competencias, designa al personal necesario y es la universidad la que debe señalar si hay fondos presupuestarios para dar esas altas o no”, respondió ante las denuncias el coordinador del decanato, Armando Pérez, consultado por Página/12. En el entorno de Cernuschi creen que la oposición “está judicializando el conflicto” y que “el enfrentamiento se va a exacerbar de cara a las elecciones del 2005” (cuando se renovarán los representantes de todos los claustros y, luego, la conducción de la facultad). Incluso, prevén un nuevo intento de destituir al decano. “Lo más grave es que acá sigue sin haber un debate de proyectos universitarios, sino que hay una pelea de aparatos partidarios por controlar el poder en la universidad.”