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El cuarto intento de la UBA tiene fecha pero todavía no condiciones

El rector se reunió con los decanos. La asamblea sería el 2 de mayo, en sede a definir, con los no docentes a cargo de la seguridad.

 Por Javier Lorca

“Vamos a tratar de que la próxima asamblea sea la definitiva, la que elija al próximo rector.” Aunque un profesor hizo ese comentario al concluir la reunión que ayer mantuvieron las autoridades de la Universidad de Buenos Aires, el actual rector y los decanos no acordaron aún en qué condiciones se haría la cuarta convocatoria, después de tres frustraciones sucesivas. Sí habría acuerdo sobre la fecha: la asamblea intentaría reunirse el martes 2 de mayo, si así lo confirma este martes el Consejo Superior. El otro punto que se busca acordar es que haya un operativo de seguridad pero no instrumentado por la policía, sino por el personal no docente de la UBA. Mientras, la UCR criticó al Gobierno por “hacerles el juego” a quienes impiden la elección (ver aparte).

La sesión de los 236 asambleístas ya fracasó tres veces este mes, la última el martes pasado, debido a las protestas estudiantiles contra el régimen de cogobierno vigente en la universidad y, principalmente, contra la candidatura del decano de Derecho, Atilio Alterini, por su paso como funcionario porteño y juez durante la última dictadura. En busca de una salida institucional antes de que caduque su mandato (será el 7 de mayo), el rector Guillermo Jaim Etcheverry convocó a una reunión, en el rectorado, a los trece decanos de las facultades y a los cinco consejeros superiores por el claustro de profesores. El diálogo del rector con los claustros seguirá hoy, con los consejeros graduados y los estudiantes.

De acuerdo con los participantes, la reunión sirvió “para intercambiar opiniones” y analizar cómo “garantizar que se pueda sesionar”. “Lo más importante es que todos los decanos y profesores coincidimos en que la asamblea se tiene que hacer y que todas las discusiones sobre candidatos y propuestas se tienen que poder realizar y debatir en la asamblea”, dijo a Página/12 Alberto Barbieri, decano de Ciencias Económicas.

En principio, habría acuerdo para que la asamblea se convocara el 2 de mayo. Esa es la propuesta del bloque mayoritario de radicales, justicialistas y aliados que sostiene la postulación de Alterini: creen que la fecha les daría tiempo para abordar “una organización seria” y, además, que al ser feriado el lunes previo, se facilitaría el control de la sede elegida para sesionar y también se dificultaría la movilización de estudiantes por parte de la FUBA y las agrupaciones de izquierda. Alterini comentó ayer su intención de que ya no se haga la asamblea en el Colegio Nacional de Buenos Aires, como se intentó las tres veces anteriores. Lo mismo reclaman el rector y padres de alumnos de la escuela, donde ya se perdieron cuatro días de clases. Una de las alternativas que se mencionó ayer fue la Facultad de Medicina. Pero a su decano, Alfredo Buzzi, no lo convencería la posibilidad.

La cuestión central, sin embargo, no se resolvió todavía. ¿La nueva asamblea será pública –como define el estatuto de la universidad– o se la llamará con ingreso restringido? “Por ahora no hay acuerdo sobre dónde y cómo se va a hacer, ni tampoco si va a ser con o sin custodia”, explicó el decano de Arquitectura, Jaime Sorín. Las posturas siguen siendo casi las mismas desde que se inició el conflicto. La mayoría de los sectores del bloque de Alterini –aunque no todos– sostienen que se deben implementar medidas de seguridad para evitar otra suspensión. No piensa lo mismo el espacio de izquierda y centroizquierda que encabezan los decanos de Filosofía y Letras, Sociales, Exactas y Arquitectura, encolumnados tras la candidatura de Alberto Kornblihtt al rectorado. Para este sector, la asamblea debe ser pública y abierta. “Hay que dialogar y acordar cómo se organiza. Este conflicto es un problema que la universidad debe asumir, no se puede resolver de manera burocrática”, dijo Sorín a este diario. En un intento por evitar la disyuntiva policía sí o policía no, ayer se comentaba que se podría buscar un acuerdo con el gremio no docente Apuba para que fueran los trabajadores de la universidad los que garantizaran la sesión e instrumentaran controles y medidas de seguridad.

De cara al cuarto intento de asamblea, los posicionamientos políticos no parecen haber variado en los respectivos bloques. Alterini seguiría cosechando la mayoría de adhesiones y la principal oposición sería la de Kornblihtt, por sobre las postulaciones de Jaim Etcheverry y del ex decano de Agronomía Fernando Vilella. Los cuestionamientos al decano de Derecho no parecen haber debilitado la coalición que lo sostiene, con base en ocho facultades, superando, incluso, algunas críticas internas surgidas desde sectores de Medicina y Veterinarias. “Medicina fue y vino, y nunca se decidió a cuestionarlo –confió un asambleísta del bloque–. Y en Veterinarias se terminó privilegiando la llegada de Aníbal Franco al vicerrectorado.”

La resistencia sigue focalizada en la FUBA, que está consultando a la comunidad académica mediante un plebiscito. “Llamamos a todos los estudiantes, docentes y no docentes a seguir rechazando a Alterini por haber sido funcionario de la dictadura –dijo Agustín Vanella, titular de la federación– y a que desde todas las facultades, sedes del CBC y colegios pongamos en marcha la democratización de la UBA.”

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