El movimiento estudiantil de la UBA sufrió una nueva fractura, esta vez en la Facultad de Ciencias Sociales, donde las elecciones prometían ser las más disputadas de la universidad. El frente de centroizquierda FEU –que se impuso en los comicios obligatorios del año pasado– se retiró de la elección iniciada ayer y denunció maniobras fraudulentas de las agrupaciones de izquierda (Oktubre) que conducen el centro de estudiantes. “La denuncia es insostenible –respondió María Chaves, presidenta del centro–. De haber fraude tendrían que estar complotadas las catorce agrupaciones que participan de las elecciones.”

Los estudiantes de Sociales habilitados para votar son unos 26 mil y podrán hacerlo hasta el viernes en las dos sedes de la facultad y también en el Ciclo Básico Común (CBC). Lo que no podrán hacer es votar por el Frente Estudiantil de Unidad (FEU), integrado por independientes y por peronistas afines al kirchnerismo como La Vallese, La Vertiente, La Mandrágora, Lucía Cullen y otras listas. En 2005 el FEU se impuso en la elección de consejeros directivos (obligatoria cada dos años), pero perdió en la que renueva la presidencia del centro de estudiantes (cada año, optativa): entonces, como ocurre desde 2003, triunfó Oktubre, la coalición del PTS, el PO y el MST El Socialista. Por eso, las actuales elecciones no obligatorias prometían una pelea voto a voto. Que quedará para otro momento.

“No están dadas las condiciones mínimas de transparencia. La elección es fraudulenta y la desconocemos –dijo Christian Bay, dirigente del FEU–. El manejo irregular de Oktubre viene de hace tiempo, pero el colmo fue el jueves pasado. En la junta electoral contaron como propio el voto de una agrupación (FURS) cuyos representantes no estaban, algo que no se vio ni en la época de Franja Morada.” Para el FEU, se trató de “una maniobra similar al diputrucho utilizado por el menemismo”. Siguió Bay: “Así aprobaron un padrón inflado del CBC, con 14 mil estudiantes, porque dejan votar a todos los inscriptos. Para nosotros, había que mantener el criterio que se usó el año pasado y que pudieran votar todos los alumnos que tienen una materia aprobada, los que cursan de verdad. Si no, con los aparatos partidarios inscriben gente y después los traen a votar”. El FEU acusa a Oktubre de acomodar la elección “a su medida”, dándole más espacio al CBC y restringiendo las mesas del turno mañana y de la carrera de Comunicación, entre otras medidas. El frente llamó a los estudiantes de Sociales a no votar y a participar de un plebiscito, pensando en una refundación del centro estudiantil, con una asamblea estatuyente en 2007.

“Tiene que quedar claro que sólo una agrupación decidió bajarse de las elecciones”, retrucó María Chaves. Y recordó que trece listas se postulan (entre otras, Sociales va al frente, Movimiento Sur, La Puiggrós) y otra (Democracia Obrera-FURS) decidió apoyar a Oktubre. “El FEU vio que perdía y no quiso quedar otra vez debajo de la izquierda –agregó–. En un momento político donde hay ataques a trabajadores, donde López continúa desaparecido, están tratando de embarrarle la cancha a uno de los pocos centros de estudiantes combativos e independientes tanto del Gobierno como de la gestión de la facultad.” Sobre las imputaciones referidas al alumnado del CBC: “El criterio es que puedan votar todos los estudiantes. Si lo limitábamos a los que tienen materias aprobadas, quedaban afuera los alumnos que recién empezaron a cursar y los que deben finales”. Y sobre el “diputrucho”: “Democracia Obrera (FURS) había dejado anticipadamente su voto en favor de la moción de Oktubre y consta en el libro de actas”.

Con diferente contenido, la ruptura estudiantil en Sociales añadirá un nuevo conflicto a la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA), ya abandonada hace pocos meses por las agrupaciones reformistas Franja Morada, sus acólitas y MNR, en rechazo a las medidas de la conducción ejercida por el Frente 20 de Diciembre (PO, MST y CEPA). Y, al margen de las polémicas, cuando las elecciones de alumnos están por concluir en la UBA, los resultados no anticipan grandes cambios en la distribución de fuerzas políticas.