“Más amplia, más abierta, más inclusiva.” A conformar una universidad con esas características apunta el espacio progresista que integran cuatro facultades de la UBA, según plantearon sus representantes en el encuentro “Universidad, Estado y sociedad. Foro por la recuperación y transformación de la universidad pública”. La falta de “vinculación con la sociedad y las necesidades del país” fueron el principal blanco sobre el que hicieron eje los decanos, docentes, graduados y estudiantes que participaron del debate realizado esta semana en la sede céntrica de Filosofía y Letras. El foro tendrá continuidad en el desarrollo de grupos de trabajo para elaborar propuestas.

Ante la presencia de más de 150 personas del ámbito académico, el encuentro fue presidido por los decanos de Filosofía y Letras, Hugo Trinchero; de Ciencias Sociales, Federico Schuster, y de Ciencias Exactas, Jorge Aliaga. No estuvo Jaime Sorín, vicerrector de la UBA y decano de Arquitectura, facultad que también participa del espacio. Además hubo presencia de sectores no mayoritarios de Ciencias Económicas –estuvo el profesor Mario Burkún, uno de los organizadores del encuentro–.

Desde 2005 se viene conformando el espacio conocido en algún momento como de los “4 decanos”, quienes el año pasado se presentaron agrupados en la lista Transformación y Universitaria para representar al centroizquierda académico ante la elección del rector. El propósito primario del foro fue –según explicó a Página/12 el antropólogo Trinchero– “abrir el espacio de los cuatro decanos, porque nos está quedando chico y tenemos que avanzar. El foro es el principio de un espacio de debate amplio y abierto”.

Schuster alabó la inauguración de “un nuevo espacio para el debate”, porque “queremos una universidad articulada con el proceso que vive el país”. Luego subrayó que para superar el concepto “mercantilista de la educación superior, impuesto por la Organización Mundial de Comercio” en la actualidad, “hace falta vincularlo con un proyecto de país”. Como una posible meta a recuperar, citó el período de “los hermanos Frondizi (Arturo en la presidencia nacional, Risieri en la UBA), donde veían la universidad como una herramienta fundamental para el desarrollo del país y la sociedad”. Y pidió para la universidad “terminar con esta idea ombliguista y de autosuficiencia. Tenemos que mirar hacia adentro para sacarla para afuera. Hay que ponerla patas para arriba a partir del debate”.

La creación a nivel nacional de un Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva –que estará a cargo del químico doctorado en la UBA Lino Barañao– fue elogiado entre los asistentes. Sobre todo por Aliaga, quien destacó la importancia política que adquiere “la ciencia al jerarquizarla con una cartera. Aportar conocimiento y ciencia va a mejorar las condiciones de vida de la población”. A modo de ejemplo explicó que, ante el pedido de asistencia de los asambleístas de Gualeguaychú, la facultad que conduce “empezó a tomar mediciones (medioambientales) hace un año, a diferencia de los organismos del Estado. Ahora los vecinos tienen parámetros sobre los que comparar –agregó el científico– y van a tener la certeza” del impacto ambiental que produzca la papelera Botnia.

Antes, como apertura del foro, Burkún destacó la necesidad de una “universidad no enciclopedista que genere un conocimiento para la práctica social. Hay que reformular una ética, una concepción y una cultura que posicionen nuevamente a la UBA”. Para el profesor, el pasaje de la universidad “entre la dictadura y la etapa de Shuberoff (Oscar, ex rector de la institución) nunca pudo ser superado. No se puede seguir adelante con la universidad de la caja y el presupuesto”. En el mismo sentido, Trinchero aseguró que lo que se estaba proponiendo era “un desafío muy grande, porque venimos de la devastación. La universidad sobrevive, pero de manera casi desguazada. Tanto en la universidad como en el Gobierno falta una política universitaria clara”. Según Trinchero, la discusión es “hacia dónde van las universidades más allá de su autorreproducción, porque se convierten en una especie de isla que no logra vincularse con el espacio que las rodea”. Antes del cierre, hablaron distintos representantes de otras facultades y diversos sectores, entre ellos el ex rector de la Escuela Carlos Pellegrini, Abraham Gak. El fundador del Plan Fénix instó a los presentes a ser “más audaces. Hay que formar grupos de trabajo para seguir con el debate. Porque, por ejemplo, la Facultad de Ciencias Económicas es una incubadora de yuppies, y a esto hay que modificarlo”.