Viernes, 17 de febrero de 2006 | Hoy
Héctor Jorge Cámpora nació en 1909. Inició su vida política militando en el conservadurismo en San Andrés de Giles, provincia de Buenos Aires. En 1945, junto con otros dirigentes conservadores menores, ingresó al peronismo. En 1946 fue electo diputado, y ocupó la presidencia de la Cámara entre 1948 y 1952. Impuso una fuerte regimentación de la bancada peronista y sancionó con dureza a los opositores. Sobre todo, se hizo famoso por su adhesión incondicional a Perón, que lo llevó a presentar veintiún proyectos de homenaje, y a declarar que antes que “consecuente” él era “obsecuente”.
En 1955 fue detenido, al igual que otros muchos dirigentes peronistas. En marzo de 1957 se fugó de la cárcel de Río Gallegos, junto con John William Cooke, Jorge Antonio, Guillermo Patricio Kelly y José Espejo. Se mantuvo en un segundo plano hasta que sorpresivamente, en noviembre de 1971, Perón lo convocó y lo designó su delegado personal, en reemplazo de Jorge Daniel Paladino.
Desde abril de 1971, el presidente Lanusse había iniciado la búsqueda de una salida política para la Revolución Argentina, negociando con los partidos reunidos en La Hora del Pueblo, de la que Paladino era un importante animador. La designación de Cámpora indicaba que Perón quería controlar personalmente, sin intermediarios independientes, la compleja negociación que se iniciaba. Por entonces Perón acentuó sus ataques al gobierno, estimuló a los grupos juveniles, que pronto serían incorporados a la dirección del Movimiento, y atacó a las Fuerzas Armadas desde la revista Las Bases, que dirigía la hija de su secretario López Rega.
Tres días después de realizada esta entrevista, Las Bases difundió un célebre documento de Perón: “La única verdad es la realidad”, cuyas líneas principales son anticipadas en estas declaraciones de Cámpora. Perón alienta medidas económicas de urgencia, reclama que se anticipe el llamado a elecciones y propone la constitución de un Frente Nacional que pronto se denominaría Frente Cívico de Liberación Nacional integrado por peronistas, frondicistas, conservadores populares y demócrata-cristianos. El documento es cauto respecto del gobierno y abre la puerta a una negociación, aunque Cámpora reclama que se la haga a través de representantes de alto nivel descartando al embajador en España, brigadier Rojas Silveyra.
De ahí en más, el diálogo entre Perón y Lanusse tuvo algunos momentos de fluidez y muchos muy ríspidos. Cámpora tradujo fielmente las instrucciones de Perón –quien de todos modos jugó con otras cartas– y puso un empeño personal en convencerlo de que retornara al país. El retorno se produjo en noviembre de 1972: Perón se entrevistó con los partidos políticos, organizó el Frejuli y se marchó el 14 de diciembre, indicando a Cámpora como candidato presidencial.
Los siete meses siguientes fueron sin duda los más notables en la vida de Cámpora: candidato presidencial triunfante y presidente vicario por propia voluntad, hasta su renuncia en julio de 1973. Luego fue embajador en México, retornó al país a fines de 1975 para asilarse en la Embajada de México luego del golpe de Estado de 1976. Los militares, ensañados con él, no le permitieron abandonar el país. Luego de una larga residencia obtuvo el salvoconducto que le permitió asilarse en México, donde murió en 1980.
En 1972, la revista Primera Plana empezaba a ser usada por los peronistas para hostigar a Lanusse, promoviendo el descontento entre los militares, y sobre todo entre los aeronautas. Desde junio comenzó a aparecer una columna sin firma, escrita por Julián Licastro, ex militar y dirigente juvenil, donde se traducían las ideas de los grupos juveniles radicalizados, en términos adecuados para los militares. La revista fue suspendida por el gobierno en septiembre de ese año.
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