Los bonos suben mientras las acciones no reaccionan
En el recinto faltan las sonrisas
Cuando
todo hacía suponer que el mercado accionario saludaría
con
entusiasmo el comienzo del nuevo Gobierno, las cotizaciones de
los papeles empresarios reflejan el poco entusiasmo de los brokers.
Lejos
de calmarlos, la llegada de Fernando de la Rúa a la Casa
Rosada puso más ansiosos a los financistas. Los primeros
pasos de la Alianza en el poder los ha dejado insatisfechos. Contra
lo que se podía esperar, el ordenado recambio presidencial
no alcanzó para mejorarles el humor, y ese estado de ánimo
se reflejó en la primera semana del flamante Gobierno: mientras
las Bolsas latinoamericanas treparon a marcas históricas,
la plaza local no reaccionó.
En la City destacan que mientras las acciones bajan, los títulos
públicos mejoran. Y para los financistas, ese diferente comportamiento
tiene una explicación: el paquete impositivo y el recorte
de gastos mejorará la solvencia fiscal del Estado, por lo
tanto los inversores internacionales no dudan en comprar bonos de
deuda. No existe entonces, en estos momentos, incertidumbre de que
la Argentina deje de honrar sus pasivos. En cambio, para las acciones
la visión es la opuesta: la mayor presión fiscal podría
afectar, según evalúan algunos especialistas, la posibilidad
de que la economía salga rápido de la recesión.
Entonces, las expectativas son negativas con respecto a la evolución
de las utilidades de las empresas. De todos modos, otros analistas
piensan que el cierre de la brecha fiscal traerá confianza
al recinto, lo que impulsará hacia arriba a las cotizaciones.
Ciertos financistas se han sumido en una paradoja. Hace unos meses
reclamaban una prueba de amor (la sanción de la Ley de Convertibilidad
Fiscal -.que fija el desequilibrio de las cuentas públicas
del próximo año en 4500 millones de pesos) y
desaprobaban la idea de Eduardo Duhalde de bajar la alícuota
del IVA. Ahora se quejan de lo que califican como traición
de parte del nuevo Gobierno por haber lanzado una reforma tributaria
que afecta sus ingresos.
En el Palacio de Hacienda ensayan un análisis distinto. José
Luis Machinea y su equipo insisten en que el ordenamiento de las
cuentas tendrá como consecuencia una rebaja de las tasas
de interés, lo que a su vez posibilitará la recuperación
de la economía. Para alimentar las esperanzas, alegan que
el mensaje hacia los inversores internacionales ya está mostrando
efectos positivos. Y, para corroborarlo, apuntan a la sensible recuperación
que vienen teniendo los bonos de deuda. En ese sentido, en Economía
están seguros de que el paquete impositivo sumado al recorte
de 1400 millones de pesos en el Presupuesto del 2000 y el acuerdo
rubricado con las provincias son una alentadora señal de
largada de la gestión aliancista.
En el microcentro no quieren hablar de pulseada. Los operadores
sostienen que todavía es demasiado rápido para sacar
conclusiones definitivas sobre la gestión que acaba de iniciarse.
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