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ECONOMíA EN PAGINA/12 WEB
19 DIC 1999








 REPORTAJE

 

DEBATE: El plan económico de la Alianza

Por Maximiliano Montenegro

Miguel Angel Broda es el gurú número uno de la city, consultado por las principales multinacionales y bancos de inversión que operan en el país. Es un defensor a ultranza del modelo, y sus dichos, muchas veces, pueden ser tomados como la voz misma de los mercados. Héctor Valle es un economista de reconocida trayectoria en la academia y en la función pública. Está convencido de que, tarde o temprano, habrá que salir de la Convertibilidad. El jueves pasado, convocados por Cash, debatieron a salón lleno en el aula Magna de la Facultad de Ciencias Económicas. Lo que sigue son los principales tramos del reportaje público.
¿Machinea hizo lo que ustedes esperaban que hiciera después del 24 de octubre?
Miguel Angel Broda (M.A.B) –El gobierno de De la Rúa ha hecho cosas que los pensadores de la ortodoxia económica no esperábamos. No esperábamos que De la Rúa fuera una persona que no temiera tomar decisiones. Inmediatamente nombró un gabinete en el que el 50 por ciento de los miembros fueron elegidos para tratar de dar una imagen tranquilizadora al sistema financiero internacional. En la terrible corporación educativa puso a alguien (por Juan José Llach, designado ministro de Educación) que claramente no comulga con la corporación. Y sobre todo, nadie esperaba que el 80 por ciento de su tiempo desde que fue electo lo dedicara a cuestiones económicas.
O sea que para Broda, De la Rúa o Machinea hicieron más de lo que él esperaba.
M.A.B. –Machinea es el ministro de Economía; los demás ministros economistas están en lugares diferentes de sus especialidades. Machinea hoy es un economista profesional muy diferente del que le tocó allá, por 1989, abrir la puerta a la hiperinflación en Argentina. Y creo que, como tarea inicial en los primeros días, hay más énfasis en el déficit fiscal, lo cual es un buena noticia. Está rigurosamente probado que para países emergentes, a diferencia de lo que ocurre en los países desarrollados, cuando uno quiere reactivar la economía tiene que bajar violentamente el déficit fiscal.
Valle: ¿Machinea también lo sorprendió gratamente?
Héctor Valle (H.V.) –No me sorprenden las decisiones que está tomando el Gobierno. La Alianza tomó la decisión política, desde su constitución, de comprometerse con el modelo de la Convertibilidad en todos sus aspectos. A partir del tema cambiario, las privatizaciones y el equilibrio fiscal. Lo cierto es que en esta etapa del modelo y asumiendo las restricciones que supone no perjudicar a ciertos sectores de la economía, la política económica se mueve por un desfiladero muy estrecho. Esto resulta de una decisión estratégica como es aceptar el esquema cambiario de la Convertibilidad. Si uno acepta esto, todas las demás decisiones tácticas tienen que ser coherentes. Y así se entiende un paquete fiscal como el que plantean ahora, que castiga fuertemente a los sectores medios de la población, que ostensiblemente no se mete con los grandes bolsones de inequidad distributiva y que adicionalmente no muestra señales de pensar que, en lo inmediato, se puede mejorar la administración de impuestos.
¿Hay una continuación de la política de Roque Fernández?
H.V. –La pregunta clave es si efectivamente vamos a alcanzar el equilibrio fiscal por esta vía, porque la carabina del gobierno no tiene muchos tiros. Si este ajuste que aplican ahora no da resultados y empezamos una ronda de sucesivos procesos de ajuste, es probable que las tensiones sobre la posición de reservas y en el mercado de divisas, que se quisieron evitar empezando por el ajuste, aparezcan en el plazo inmediato.
¿Broda cree que con este ajuste se disipan las presiones que puede haber sobre el peso?
M.A.B. –Argentina es un país en libertad condicionada. Es un país que el resto del mundo, sea por la caja de conversión, sea porque hace rato que no hacemos reformas, está exigiendo una calidad de política económica mucho mayor que la de cualquier otro país emergente. El ajuste fiscal que vemos hoy es simplemente una emergencia. Cuál es el futuro del crecimiento de Argentina lo vamos a ver en las medidas estratégicas que vengan después de la emergencia. Si de enero a marzo no tenemos una política muy dura para bajar el costo argentino en dólares, no tenemos una política muy consistente en la reactivación de la economía para bajar la desocupación, no tenemos una política para hacer previsible el sector público con metas cuantitativas de gasto y deuda para los próximos 12 años, y si no hay una política de reforma del Estado en serio, el ajuste fiscal que se haga no será suficiente para sacar a Argentina, como dijo Rudi Dornbusch, de la “probation”.
¿El peso está sobrevaluado?
H.V. –No quiero dejar pasar la oportunidad para señalar que es chocante la respuesta argentina frente a la actitud de Rudi Dornbusch cuando vino hace poco al país. Sus manifestaciones son, espero que no suene muy técnico, casi un chantaje. Con respecto de la sobrevaluación de peso, yo creo que es evidente y no la discute ni aun el más fanático defensor de la Convertibilidad.
Broda, ¿qué opina?
M.A.B. –Rudi sólo hace la lectura de cómo nos miran con el microscopio del resto del mundo. Uno puede estar de acuerdo o no, pero es una realidad. Cuando uno es un país que pide lo que pide Argentina, lamentablemente tenemos que estar al arbitrio de los acreedores externos, que son los que nos prestan. A mí no me gusta que estemos en libertad condicional, pero lamentablemente es cierto. Si tener el peso sobrevaluado significa que los costos en dólares en Argentina son muy altos, sí el peso está sobrevaluado. Los costos en dólares en Argentina son tan altos que algunos piensan que esta recesión va a ser, en lugar de cíclica, estructural. Ahora, la pregunta es cuál es el mecanismo para bajar los costos en dólares. Y ahí podemos discrepar: si es adecuado modificar el tipo de cambio, cuando el país tiene el 85 por ciento de los pasivos dolarizados; o si hay que seguir una vía, dolorosa, de baja de costos laborales, de precios de insumos, etc. No creo que nadie piense que la situación de Argentina sea fácil.
H.V. –Cuando Broda dice que nuestros acreedores nos tienen en libertad condicional, porque un país endeudado no se puede dar ciertos lujos, está diciendo una verdad. Pero es una verdad a medias, si no se dice por qué estamos en esta situación. Yo pienso que estamos en esta situación porque el esquema de tipo de cambio fijo es incompatible con la persistencia de los desequilibrios fiscales que tiene el país. Argentina emite pesos tomando deuda en dólares. Esto a la larga es insostenible y provoca la presión creciente de los acreedores. Uno tiene que plantearse en qué medida esta situación es corregible operando sobre otras variables de la economía. Dentro del modelo, la salida “virtuosa” pasa por la deflación de precios y, digámoslo claramente, deflación de salarios. Esto implica, en buena medida, primero, una definición en cuanto al esquema productivo. Y después, implica dejar bajo un paraguas otras variables de la economía que son tan intocables como el tipo de cambio: la tasa de interés y la inequidad en materia fiscal. Uno de los debates pendientes en Argentina, donde tanto se habla de los costos, es qué está pasando con una demanda cada vez más deprimida de bienes de consumo y de inversión. Y ésta no es una situación nueva sino que se viene arrastrando desde fines de 1994. Yo me pregunto ¿en qué medida el paquete tributario afecta la demanda de bienes de consumo y le pone un techo a la incipiente reactivación?
¿Para Broda hay riesgo de que el ajuste fiscal aborte la reactivación?
M.A.B. –Primero una aclaración numérica. Antes de la crisis mexicana, la economía argentina creció durante 19 trimestres al 8 por ciento de tasaanual. Desde la salida de la recesión del tequila, en el cuarto trimestre del ‘95 hasta la devaluación rusa, la economía creció durante once trimestres a tasas anuales de 7,5 por ciento. Los mismos problemas de sobrevaluación del peso los teníamos entonces y la economía salió a tasas record del tequila, siendo el país del mundo que más empleo creó en el 96/97. Así que no hay dos economías: la economía hasta el ‘94 y la de después del ‘95. Hay dos gestiones de Menem completamente diferentes: se cayeron las reformas y se desperdició el segundo gobierno de Menem. Aun así, el modelo fue suficientemente rico para salir de la recesión del tequila creciendo a tasas idénticas a las anteriores del tequila. No quiere decir que vamos a salir de esta recesión a tasas tan altas, pero pongamos las cosas en claro.
H.V. –Lo que pasó con la salida de la recesión del ‘95 tuvo bastante de lotería. Una demanda brasileña muy dinámica, a partir de la sobrevaluación del real, una buena situación de precios internacionales para las commodities, y disponibilidad importante del financiamiento del resto del mundo. Esos tres elementos dieron vuelta de campana, y poco tienen que ver con las reformas que haga o deje de hacer Argentina. La demanda de Brasil se cayó, los precios de las commodities se derrumbaron y, como dice Broda, Argentina está bajo observación del establishment internacional. Así que es difícil pensar que se vuelvan a repetir condiciones de ese tipo. En el medio, hay una situación de desempleo y pobreza notablemente agravada. Además, hubo una transferencia de ingresos hacia el 20 por ciento más rico de la población del orden de los 35 mil millones de dólares. Este paquete tributario deja intacto este problema y agrava el problema de la demanda en el mercado interno.
Broda, ¿hay peligro ahora de que se frene la reactivación, como dice Valle?
M.A.B. –Sí, hay. Es rigurosamente cierto que para reactivar hay que hacer caer el déficit fiscal. Pero en todos los trabajos empíricos que he visto es mucho más reactivante bajar el gasto público que subir impuestos. El actual ajuste es 30 por ciento reducción del gasto y 70 por ciento aumento de impuestos. Por eso, estoy seguro de que la tasa de crecimiento en los próximos dos trimestres va a ser menor por el paquete impositivo. En parte, además, va a ser menor porque, aun aceptando la política de subir impuestos, era mucho más consistentes generalizaciones masivas de IVA. Y no ir a generalizaciones del impuesto a las Ganancias, que es el peor controlado y que, sin duda, estimula la evasión.
Broda, Machinea dice que ponen énfasis en Ganancias para hacer más progresiva la estructura tributaria.
M.A.B. –Aquellos que creemos en el objetivo de redistribución del ingreso y en la igualdad de oportunidades tenemos claro que se logra mucho más efecto redistributivo a través del gasto público que de políticas impositivas progresivas. Pero si me pregunta en concreto: el 60 por ciento del paquete son modificaciones de Ganancias que pagan los asalariados de cuarta categoría. Cuando uno ve la lista de quienes pagan Ganancias, no están los nombres que ustedes tienen en la cabeza. Esos tienen ingresos con dividendos, con intereses, con fideicomisos. Los que pagan Ganancias son aquellos personajes exitosos que han trabajado toda su vida, que tienen amor al riesgo y no evaden. No es cierto que éste sea un paquete para que paguen los más ricos. Los grandes nombres de Argentina no pagan Ganancias. Sino vayan al Tribunal Fiscal y vean los fideicomisos que hay de 400 o 500 millones. Este es un paquete que va a estimular el ennegrecimiento de la economía.
H.V. –Yo coincido en que la progresividad tiene que venir por el lado del gasto público. No sé si estamos pensando las mismas cosas. En el país hay 700 mil jefes de familias desocupados, por lo que una prioridaddebería ser orientar el gasto público para generar un ingreso de subsistencia a este sector. En este sentido, es fuertemente regresivo el impacto del IVA sobre el consumo de este segmento de la población. De modo tal, lejos estoy de creer que se puede desarrollar una política de ajuste a partir de recortar el gasto. Pero, además, cuando se habla del gasto público no se habla de su componente más dinámico en los últimos años: los intereses de la deuda externa. Así que dentro del esquema del modelo acá hay una inflexibilidad muy grande.
Resumiendo, Broda dice que si De la Rúa profundiza el modelo va a hacer un gobierno exitoso.
M.A.B. –Yo creo que hay una buena chance de que el gobierno de De la Rúa aproveche la oportunidad que Menem no hizo en su segundo gobierno. No lo puede decir políticamente, pero mi interpretación es ésa.
Broda, usted sí que está oficialista con la Alianza...
M.A.B. –No estoy oficialista. Estoy muy temeroso. Lo dije antes (ver aparte), éste es el año, desde el ‘91, en que veo menos probabilidades de que no tengamos que salir de la Convertibilidad o de que el mercado no nos lleve puestos. A mí no me gusta el paquete impositivo, no sé si quedó claro. Y es seguro que, si yo fuera ministro, hubiera hecho cosas muy diferentes. Pero puede conceder que, a lo mejor, con este paquete, tienen aire para elaborar una buena reforma del Estado, una buena reforma del sistema federal fiscal, una buena flexibilización laboral.
–Valle, en cambio, cree que así vamos de mal en peor...
H.V. –Yo pienso que este régimen de política económica ha desindustrializado el país, ha empobrecido a buena parte de la población y nos lleva a problemas gravísimos en las economías regionales. Un cambio de rumbo sustancial pasa por el abandono del tipo de cambio fijo, si bien reconozco que hoy es muy difícil hacerlo. Hubiera sido más fácil en el ‘93 y ‘94, pero en algún momento nos vamos a encontrar ante la alternativa de adoptar una salida ordenada de este esquema, que fue abandonado en todo el mundo, o dejar que los mercados lo hagan. Personalmente, esta última solución no me gusta nada. Además, así como digo que éste es un esquema agotado también digo que puede tener (para De la Rúa) un costo político significativo. Puede haber alguna casualidad histórica en el escenario internacional que funcione como tubo de oxígeno. Pero basta salir del microclima de la city, escuchar las noticias del interior del país o hablar con los productores agropecuarios, para darse cuenta de que esto es socialmente insostenible.
–¿Broda también cree que puede haber riesgo de estallido social?
M.A.B. –Si la comunidad no castiga a los Bussi o a los Romero Feris, que han derrochado el presupuesto público, hay riesgo de estallido social. Si De la Rúa entra haciendo ajuste fiscal, pero al mismo tiempo distribuye entre las provincias, pagando los horrores de algunas administraciones del interior, claramente va a estallar todo. Si va el Hércules con plata a Corrientes y a otras provincias, De la Rúa no termina el gobierno con el 1 a 1. Si tiene el coraje de aguantar conflictos y penalizar a los que tiraron la plata, va a terminar bien.

EL UNO A UNO PUEDE AGUANTAR. PERO HAY RIESGOS
El futuro de la regla de oro

¿El uno a uno es inamovible para todo el gobierno de De la Rúa?
H.V. –Puede aguantar. La pregunta del millón de dólares es cómo se van a mover los sectores relevantes del establishment. Si uno mira la experiencia brasileña, con las elecciones de octubre del ‘98, la opinión general, incluido el gobierno, era que el riesgo de una devaluación del real era muy bajo. La explicación era que una buena parte de la deuda brasileña estaba indexada en dólares. Había cierta similitud argumental: Brasil no va a devaluar, va a encarar un ajuste muy fuerte y el Fondo Monetario va a dar los apoyos correspondientes. Brasil entró en ese proceso, que se tornó incontrolable y el cambio de régimen cambiario no fue acordado civilizadamente con la comunidad, con un acuerdo político, sino que lo impuso el mercado. Este es el riesgo que corre la Argentina, aunque todavía no esté del todo explícito. Si no tenemos suerte con los ajustes y hay una situación social un poco tensa, los que van a empezar a correr contra la posición de reservas del Banco Central no van a ser los que tienen una deuda porque compraron un departamento o un auto, sino los banqueros y los grupos económicos.
¿Para Broda también existe ese riesgo?
M.A.B. –Tanto a México como a Brasil el mercado se los llevó puestos. Salir del tipo de cambio fijo e ir a flotante no es una decisión voluntaria de política económica. Argentina tiene el riesgo. No va a ser este paquete fiscal el que elimine este riesgo, va a ser el conjunto de políticas sobre los pilares para lograr el crecimiento sostenido lo que determine si vamos a aguantar o no corridas (cambiarias) el año que viene o más adelante. Del ‘91 al ‘98, cuando llegaba diciembre y me preguntaban qué probabilidad había de que tuviéramos el 1 a 1 a fin del año siguiente, a los clientes les decía 98 por ciento, y a mi mujer el 100 por ciento. Más aún, yo pensé en algún momento que, sin Cavallo, de la Convertibilidad salíamos con una valorización del peso: 80 centavos de dólar por peso. Pero, lamentablemente, la expansión del gasto público que facilitó Cavallo nos impidió salir de la Convertibilidad revaluando el peso. Hoy estamos metidos en un baile complicado.
¿Y qué le dice hoy a su mujer?
M.A.B. –Yo no le digo que hay 98 por ciento de probabilidad de que a fin del 2000 tengamos el 1 por 1. Creo que vamos a tener 1 por 1, y creo que esto se va a mantener durante todo el gobierno de De la Rúa. Pero, claramente, estamos más acomplejados porque esta reactivación va a ser mucho más amarreta. Y para que sobreviva el 1 por 1 necesitamos un conjunto de medidas mucho más exigentes y conflictivas.

López Murphy y Chacho Alvarez

Todavía no queda en claro si, a mediano plazo, la política económica de la Alianza va a responder más a las necesidades de los mercados o a los reclamos de una base electoral que esperaba cambios en la política económica. ¿Ustedes creen que en el gabinete de De la Rúa va a prevalecer una política más cercana a lo que representa López Murphy o una política con una visión más social de la economía, en línea con lo que esperaba el Frepaso dentro de la Alianza de Machinea?
–López Murphy es ministro de Defensa. Rodríguez Giavarini es ministro de Relaciones Exteriores. La política económica la hace Machinea. Lo que va a predominar es una política de sentido común.
Broda, Graciela Fernández Meijide o Chacho Alvarez decían hasta hace poco que Machinea no era lo mismo que López Murphy.
M.A.B. –Chacho Alvarez es el político más moderno de la Argentina. Es sorprendente cómo ha cambiado en todo este tiempo. Es hoy uno de los políticos de perfil más moderno y con ideas más aggiornadas del mundo. Y es quien más ha defendido últimamente la idea de que hay que bajar el déficit fiscal y seguir modernizando a la Argentina.
H.V. –Ponernos a discutir si Machinea es lo mismo que López Murphy o si Chacho es un liberal progresista, un conservador progresista, o un liberal conservador no va al centro del problema. Insisto, Argentina tiene hoy vulnerabilidades muy fuertes y no nacieron de un repollo. Hace 10 años que estamos con esta política económica que, entre otras cosas, ha alimentado un problema de endeudamiento muy grave. El punto entonces si va a haber continuidad o no. En este sentido, hay una contradicción evidente entre la Carta a los Argentinos, o los trabajos del Instituto Programático de la Alianza, con la realidad concreta de tratar de compatibilizar esos objetivos con la decisión estratégica de sostener el modelo.
M.A.B. –Hay una diferencia entre la Carta a los Argentinos, el documento programático de la Alianza y la realidad de la política económica. La diferencia es el teorema de Baglini: cuando se está cerca del gobierno, se da cuenta de las restricciones. Suerte que hay una diferencia con lo que se decía antes. Y va a ser más notable en el tiempo. De la Rúa no es Alfonsín.
¿Cómo queda la desocupación en el gobierno de De la Rúa?
M.A.B. –El año que viene va a haber una recuperación amarreta, con un crecimiento del PBI de entre 2 y 3 por ciento. Si no bajamos el costo laboral, no vamos a lograr reducciones importantes de la desocupación. Podremos disminuir en un punto la actual tasa del 13,8 por ciento. Necesitamos crecer y reducir el costo laboral, que no significa tocar el salario de bolsillo. Bajar el riesgo-país es el elemento individual más importante para hacer caer la desocupación.
H.V. –La economía puede crecer al 2 o al 4 por ciento. Lo que interesa es cómo lo vamos a lograr. Podemos crecer, por ejemplo, por un bandazo de precios internacionales, que nos permita seguir exportando productos primarios. También me interesa cómo se distribuye esa torta, que viene muy mal repartida. Porque esto impacta severamente sobre el comportamiento de la demanda. En cuanto a que los costos laborales, si hubo un sector que hizo un severo sacrificio en los últimos años, fue el de los asalariados.

Frenkel

Roberto Frenkel había sido convocado originalmente para debatir con Broda, tal como lo anunció este diario, pero horas antes del encuentro avisó que no podría estar presente. El motivo esgrimido fue que el horario acordado se superponía con la primera reunión de directorio del Banco Provincia, del cual es miembro, bajo la nueva gestión.