Los números de la reforma cantan
El
discurso es doble, pero la cuenta es simple. Sobre la base de
los números provistos por Mario Vicens (Hacienda), Jorge
Vasconcelos, de Fundación Mediterránea, ha calculado
que el valor actual (aplicando una tasa de descuento del 10 por
ciento anual) del ahorro que le generará al fisco durante
el próximo cuarto de siglo la re-reforma previsional impuesta
por DNyU asciende a 6014 millones de pesos. Ese es el valor presente
(que sería mayor si se descontara a una tasa más
baja, tal vez más acorde con el largo plazo, o menor si
se supusiera una tasa más alta) de los 23.765 millones
de pesos que les quitará a lo largo de los próximos
25 años a los nuevos jubilados el reemplazo de la PBU (Prestación
Básica Universal) por la PS (Prestación Suplementaria),
el aumento de edad jubilatoria femenina y la introducción
del Beneficio Universal (que en realidad ya existía, con
diferencias).
En cuanto al discurso de Economía, extrae del mismo hecho
dos conclusiones opuestas. Una, dirigida al Fondo Monetario y
a los mercados, afirma que la re-reforma mejora la solvencia intertemporal
del fisco, lo cual es indudable porque decreta un default sobre
erogaciones comprometidas según la ley 24.241, de 1994.
La otra conclusión es que estos nuevos cambios implican
en verdad una reasignación de recursos hacia adentro de
la futura clase pasiva, incorporando a la cobertura a quienes
quedarían excluidos del sistema por falta o insuficiencia
de aportes. La implicarán tal vez, pero en medida muy parcial,
ya que lo que se gastará en los de otro modo excluidos
representa apenas el 14,1 por ciento de cuanto se les quita a
los incluidos.
Obviamente se puede discutir si los seis mil millones (valor actual)
que son arrebatados vía decreto a los futuros jubilados
podían o debían ahorrarse u obtenerse de otro modo,
vía corte de otros gastos o tomándolos de sectores
de alta capacidad contributiva y baja contribución. Pero,
como mínimo, el Gobierno no puede escandalizarse de la
resistencia que genera este machetazo.