PLáSTICA

En el Fondo saben que Remes viene mansito

La suerte del Gobierno se juega en la negociación que se larga hoy con el FMI. Sin asistencia del Fondo, el Gobierno quedaría solo en la pulseada porque el dólar no se dispare.

 Por Maximiliano Montenegro

Jorge Remes Lenicov sabe bien que la suerte de su gestión y la de la propia administración Duhalde se jugará en la larga negociación que se iniciará hoy, cuando desembarque en Buenos Aires el indio Anoop Singh, jefe de la misión del Fondo Monetario. Según los cálculos que analizaron en Washington en los últimos días, con la colaboración de ex funcionarios del menemismo, sólo con un paquete financiero de 15.000 millones de dólares detrás el gobierno duhaldista estaría en condiciones de sostener el tipo de cambio a 2 pesos. Si, en cambio, la ayuda fuera retaceada, el Banco Central sólo podría defender esa paridad perdiendo más de la mitad de sus reservas; y si abandonara la pulseada con el “mercado”, el dólar podría superar los 4 pesos. Conocedores de esta debilidad, Washington reclamará aún más ajuste en los gastos provinciales y en el Presupuesto nacional, aprobado anoche. Pero, por sobre todo, los técnicos del Fondo exigirán que se mantengan bajo estricto control las máquinas de impresión de pesos y de bonos provinciales.
Singh, quien desplazó a todo el equipo fondomonetarista que se encargó del caso argentino en la última década (ver aparte), encabeza una misión técnica de “evaluación”, como la califican en el organismo. Eso significa que se pasará las próximas dos semanas recopilando datos sobre la situación económica y manteniendo reuniones no sólo con funcionarios sino también con representantes de distintos sectores sociales. El tour se iniciará hoy cuando presente credenciales ante Remes y el titular del Banco Central, Mario Blejer (ver aparte). Teóricamente, recién después de que esta misión eleve su diagnóstico al directorio del Fondo se abrirá la etapa de negociación por la asistencia financiera.
Esa secuencia indica que Washington se tomará las cosas con calma antes de decidir hacia dónde apuntar el pulgar. “La negociación va a durar con mucha suerte un mes, aunque lo más probable es que sean dos”, confío a este diario un funcionario de Economía. Pero, en los hechos, desde mañana mismo empezarán las presiones del organismo para “ajustar” los números del duhaldismo.
Días atrás, en el edificio de la calle 19 de Washington analizaron las cifras de la economía argentina con la colaboración de ex funcionarios de la era de Roque Fernández y Pedro Pou, quienes todavía mantienen línea abierta con el Fondo. Después de todo, pese a los “pequeños” traspiés de la realidad, son economistas que siguen compartiendo una misma visión del mundo y de la Argentina. Y, por supuesto, tampoco reniegan de las recetas tradicionales, esas que –argumentan– fracasaron en Argentina a causa de la irresponsabilidad de los políticos.
Sea como fuere, la conclusión a la que se llegó en esa “tormentas de ideas” fue que Duhalde necesita los recursos del Fondo más que al justicialismo para sobrevivir en el poder. La evaluación es la siguiente:
u Dado el déficit fiscal proyectado y el retiro mensual de depósitos que está habiendo del sistema bancario (en febrero, 2500 millones de pesos), la emisión monetaria de este año superaría varias veces los 3500 millones previstos en el Presupuesto.
u Así, la presión sobre el dólar sólo podrá contenerse en los próximos meses si el Fondo aporta unos 14.000 millones de dólares. De dichos recursos, unos 6000 serían destinados a repagar préstamos de los propios organismos multilaterales que vencen este año, mientras que quedarían unos 8000 millones “frescos”. Sólo con estos dólares podría aguantarse el tipo de cambio a 2 pesos, sin que las reservas del Banco Central se escurran apresuradamente.
u Si, en cambio, el Fondo sólo concediera los dólares necesarios para refinanciar la deuda con el propio organismo, el Banco Mundial y el BID, Remes Lenicov y Blejer deberían jugar una dura pulseada con el mercado.
u Si el Banco Central estuviera dispuesto a vender 7000 millones de dólares, más de la mitad de las reservas disponibles, podría sostener laparidad a 2,20 pesos. Pero si sólo quisiera apostar hasta 3000 millones, entonces el dólar debería ubicarse alrededor de 3 pesos. Si la consigna fuera, en cambio, sentarse sobre los únicos dólares en poder del gobierno, entonces el tipo de cambio se dispararía hasta 4,50.
Para el equipo de Remes, mantener a raya el dólar es la prioridad, porque –evalúan– ésa es la clave para frenar las expectativas inflacionarias. Y como para hacerlo necesita imperiosamente de la asistencia del FMI, para el ministro de Economía será difícil pronunciar un “no” durante las negociaciones.
De hecho, previendo que los reclamos por más ajuste se multiplicarán a partir de hoy, Remes se cuidó de anunciar el lunes la generalización de retenciones a las exportaciones. “No queríamos que pareciera una imposición del Fondo”, confesó un colaborador del ministro. Pero con la recaudación cayendo un 20 por ciento, como ocurrió en febrero, es seguro que Washington irá por más antes de mostrar la billetera.

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Jorge Remes Lenicov. Cree que no hay vida sin el Fondo.
 
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