EL PAíS › EL SENADO APROBO EL PRESUPUESTO SIN MAYORES POLEMICAS

Para cruzar el desierto en auto

El Gobierno espera que eso lubrique la ayuda del FMI. A diferencia de lo ocurrido en Diputados, hubo algunas objeciones de los radicales. Alfonsín y Maestro quisieron verticalizarlos con el Gobierno, pero Terragno y Collazo votaron en contra. También se opuso la frepasista Vilma Ibarra.

 Por Eduardo Tagliaferro

Sin mayores sobresaltos, el peronismo logró aprobar, por votación a mano alzada, ayer el Presupuesto nacional. El apoyo de los senadores se consiguió luego de una maratónica sesión. Quienes defendieron la iniciativa oficial coincidieron en que lejos de ser un presupuesto sustentable “éste era el presupuesto posible”. La mayoría de los oradores justificaron la urgencia diciendo que buscaban facilitar las negociaciones del Gobierno con los organismos de crédito internacional. Sin embargo, varios admitieron que la sanción del presupuesto no garantizaba la ayuda crediticia. Por eso el peronista Carlos Verna, quien defendió el proyecto, repitió que “Argentina tiene que estar preparada para cruzar el desierto a pie”.
El respaldo al Presupuesto no impidió que tanto oficialistas como opositores criticaran con dureza la iniciativa. Tanto fue así que una de las mayores diferencias se planteó cuando desde el bloque del PJ se propuso la redacción de una ley correctiva. El radicalismo apoyó el planteo y forzó un acuerdo para que el peronismo se comprometiera a un pronto tratamiento de esa ley que vendría a modificar algunos puntos del presupuesto sin demorar su aprobación.
La primera voz que pidió la redacción de ese proyecto correctivo fue el riojano Jorge Yoma. Cuestionó los subsidios a los concesionarios de peaje, la delegación de facultades para legislar en temas impositivos, e incluso la transferencia de cuantiosos fondos a la fundación Felices Los Niños del padre Mario Grassi. “¿Por qué no hacer felices a los niños de todo el país?”, ironizó Yoma.
La iniciativa de presentar un proyecto correctivo entusiasmó al bloque radical, que así podía superar sus discrepancias internas. El núcleo de los senadores más representativos como Carlos Maestro o Raúl Alfonsín proponían dar el voto afirmativo sin introducir cambios. Pero no todos sus correligionarios coincidían con la estrategia. Por eso Maestro intentó, sin éxito, conseguir un cuarto intermedio. Ante el rechazo del PJ, el radicalismo se retiró a discutir su interna y recién después volvió al recinto. Lo hizo sin poder encolumnar a todos los suyos. Finalmente, Rodolfo Terragno y el fueguino Mario Colazo votaron en contra. También lo hizo la frepasista Vilma Ibarra, quien en una de las pocas intervenciones no soporíferas de la sesión cuestionó duramente que el Presupuesto no buscara la reactivación vía redistribución de ingresos.
Con el regreso de los radicales, crecieron las objeciones puntuales al presupuesto. El jujeño Gerardo Morales reclamó la asignación de 226 millones de dólares para hacer frente al Fondo de Incentivo Docente.
La mayor polémica vino de la mano del mendocino Raúl Baglini. Para sorpresa de todos, el radical adhirió a la iniciativa del Gobierno de derogar los regímenes de promoción industrial. En Diputados, los legisladores provinciales habían logrado la continuación del sistema.
Baglini recordó que “esos impuestos (los eximidos por la promoción industrial) representan 700 millones, que equivalen al programa nacional Jefas de Hogares, con 4 millones 300 mil personas beneficiadas o a dos programas alimentarios nacionales”. No dio nombres, ni apellidos, pero para demostrar la ineficiencia de la promoción, Baglini se explayó sobre los beneficios que recibió el Grupo Yoma. Paso seguido recordó que la curtiembre riojana debe más de 100 millones a la banca oficial. La mención fue el comienzo del debate político. El primer cruce fue entre Baglini y José Luis Gioja. El sanjuanino defendió la promoción y el mendocino le enrostró que “cada vez que se trata el Presupuesto, Gioja es una especie de sombra inescrutable por los pasillos del Congreso”. La mención no fue casual. Baglini recordó que Gioja había sido expulsado de la Cámara baja por “melonear a algunos diputados”.
El riojano Eduardo Menem enmarcó las definiciones de Baglini en “la guerra santa” que suele haber contra la promoción industrial. Luego defendió al ex titular del Banco Central, Pedro Pou y criticó la devaluación. “Este es el Presupuesto de la devaluación, de la inflación y de la decadencia”, continuó. Menem adelantó que votaría a favor por disciplina partidaria y les recordó a quienes critican al modelo anterior, que en el ‘99, en plena campaña proselitista, “Eduardo Duhalde dijo que el modelo estaba agotado por exitoso”. Una vez más la memoria además de selectiva había sido generosa. Antes había parangonado al Gobierno de su hermano Carlos con una Ferrari (no aclaró si Testarossa) al que la Alianza terminó chocando contra un árbol.

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Eduardo Menem y Raúl Alfonsín cabildean durante lel debate, que fue maratónico.
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