PLáSTICA
Posturas y tendencias en el seminario
El seminario previo a la inauguración de la muestra, que duró todo el día, comenzó con la presentación del uruguayo Gabriel Peluffo quien habló de Figari, la crítica de la vanguardia y la utopía de la Memoria, haciendo hincapié en el aspecto antropólogico de la obra del artista y su relación con Torres García.
Luego Andrea Giunta, con su habitual solvencia, habló del arte argentino en los sesenta y el rol de la política y de la ciudad. Relató, a través de la proyección de obras de arte, la lucha y el deseo del país por ser parte del “centro” y, por otro lado, cómo a través del arte se hacía la “crítica profunda a los postulados del progreso, del desarrollo y del internacionalismo”.
A través del análisis de imágenes de los artistas, Sophia Salzstein, de San Pablo, habló de las tendencias contemporáneas a partir de los años 50 en Brasil y Lucy Lippard, de Nuevo México, se dedicó al arte de las mujeres: Gego, Mira Schendel, Lygia Clark y Eva Hesse. Luis Camnitzer nos introdujo en la polémica que luego ocuparía gran parte del tiempo de discusión: cuál es el lugar histórico de nuestro arte y por qué las cronologías hechas en los países europeos y en Estados Unidos ignoran las fechas exactas del conceptualismo en América latina, particularmente en Argentina, y cómo recuperar el lugar que nos corresponde en la historia grande del arte.
Robert Storr ponderó la muestra y comentó que la corriente principal o “mainstream” del arte, pasa muy rápido y más bien hay que ponerle un dique para que el arte se transforme en un lago alimentado por distintas corrientes. A través de la exposición de Terry Smith, profesor de arte contemporáneo de la Universidad de Pittsburgh, a pesar de haber puesto toda su buena voluntad, pudimos observar cómo para la lectura de un arte que se conoce poco como el latinoamericano, se necesita un esfuerzo intelectual para no caer en preconceptos como “extrovertido”, “histérico” o “brutal”, adjetivos que se emplean a menudo en relación con lo latino.