EL PAíS › EL PRESIDENTE KIRCHNER ENCABEZO
LA CENA DE CAMARADERIA DE LAS FUERZAS ARMADAS

“La ética y la ley marcan el rumbo futuro”

El Presidente reivindicó “el gesto histórico” de la autocrítica por la represión ilegal de los jefes de la Armada, Jorge Godoy, y del Ejército, Roberto Bendini.

 Por Nora Veiras

“Ningún incidente, ninguna desafortunada acción de quienes se esfuerzan por dividir a los argentinos con motivaciones ideológicas o políticas propias de otros tiempos de intolerancia deben apartarnos de nuestro objetivo de construir una Argentina en paz y trabajo y con instituciones prestigiadas, que merezca ser vivida.” En la tradicional cena de camaradería de las Fuerzas Armadas, el presidente Néstor Kirchner leyó las palabras elegidas con cuidado para aludir a la convulsionada semana que la derecha se encargó de potenciar en Buenos Aires mientras él viajaba por China. A diferencia del año pasado, cuando los uniformados habían tenido que asumir a desgano el descabezamiento de sus cúpulas y el reinicio de los juicios por la represión ilegal, esta vez Kirchner reivindicó el “gesto histórico” de los jefes de la Armada, Jorge Godoy, y del Ejército, Roberto Bendini, que autocriticaron la actuación de las fuerzas durante la década del ‘70.
El inmenso hall central del Edificio Libertador fue el lugar de encuentro de los ministros que esperaban la llegada de Kirchner, demorado por su regreso de las zonas inundadas de la Patagonia. El jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra, fue uno de los primeros en entrar y se quedó conversando con el vicepresidente Daniel Scioli y algunos uniformados. Uno a uno se fueron sumando los ministros Ginés González García, José Pampuro, Gustavo Beliz, Daniel Filmus y Carlos Tomada. Todos se arremolinaron con la llegada de Kirchner junto a Carlos Zannini y los Fernández, Alberto y Aníbal. Fusilados por los flashes y las sobrevivientes cámaras de Canal 7 –todavía con el logo de ATC–, el staff oficial entró al salón San Martín y fue acomodándose en las mesas que mezclaban coroneles, capitanes de navío, comodoros y funcionarios.
–Acá está todo fantástico –ironizaba un coronel que festejaba que no aparecieron las cámaras de CQC para reflejar las caras de los hombres de las Fuerzas Armadas. A lo largo del año, los militares asumieron la reapertura de los juicios tras la anulación de las leyes de Punto final y Obediencia Debida, la entrega de la Escuela de Mecánica de la Armada (Esma) para que funcione un Museo de la Memoria, y Bendini se subió a una escalerita para descolgar los retratos de los genocidas Jorge Rafael Videla y Reynaldo Benito Bignone de la galería del Colegio Militar.
“La violación de los derechos humanos degrada a quienes la sufren y a quienes producen esa violación. La causa más digna se desprestigia si no se respetan los derechos humanos. La ética y la ley marcan el rumbo hacia el respeto total. Con verdad y justicia se reconstruye un nuevo tiempo institucional”, dijo Kirchner, antes de destacar que “vale la pena resaltar con firmeza el gesto histórico de la Armada, en la persona de su titular almirante Jorge Godoy, como también del Ejército, en la persona de Roberto Bendini”, en alusión a la autocrítica verbal del primero y gestual del segundo sobre la actuación de los militares como brazos ejecutores del terrorismo de Estado. Las precisiones dejaron en off side al jefe de la Fuerza Aérea, brigadier Carlos Rodhe, quien fue obligado a rectificarse a sí mismo por haber insistido en la lectura de los “excesos” en que habían caído las Fuerzas Armadas.
Kirchner centró el discurso en el rol de los militares en el marco de una política de producción para la defensa, en la integración de misiones de paz a partir de “una política exterior que privilegia el multilateralismo” como en el envío de tropas a Haití, “que fue votado por el Congreso a partir de una decisión de Naciones Unidas” y en el rol social de los uniformados que “están colaborando en situaciones de catástrofe como las que vivimos en el sur”. Destacó la fabricación de patrulleros multipropósito de alta mar, que “dará trabajo genuino en nuestros astilleros” y la actualización y compra de radares mediante contratos con el Invap.
“Un lugar central ocupa la revisión de las currículas de formación de nuestras Fuerzas Armadas, con una visión moderna y democrática, y en ese camino se inscribe el diálogo con académicos del proyecto nacional en la agenda democrática, que aleja concepciones autoritarias y ultramontanas”, enfatizó Kirchner en su carácter de comandante en jefe de las tres armas.
Un aplauso medido coronó el discurso y los más de doscientos comensales se entregaron al menú una vez que las cámaras se alejaron. La entrada de espuma de jamón crudo, crocante de queso y bouquet de hojas verdes abrió paso al ojo de bife en salsa borgoña con crocante de perejil y estragón. Antes del café, la mayoría degustó un petit gateux regado con champagne.
–Es paradójico que acá estemos mejor mientras afuera está todo difícil. Por suerte esta vez a nadie se le ocurrió decir que nosotros tenemos que salir a reprimir a los piqueteros –repetía un coronel, convencido de que “no estamos preparados para intervenir en conflictos internos. Ya separamos la paja del trigo”. El año pasado, Kirchner les había advertido que “hace a la preservación de la institución en su rol histórico, político y estratégico separar la paja del trigo”.

Compartir: 

Twitter

Bendini, Pampuro, Kirchner, Chevalier, Scioli e Ibarra en la mesa central de la Cena de Camaradería.
 
EL PAíS
 indice

Logo de Página/12

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados

Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.