PLáSTICA
La otra obra de Macchi
Por F. L.
Desde Venecia
Jorge Macchi también fue invitado al pabellón central de la Bienal, el Padiglione Italia, curado por la española María del Corral (quien junto con su compatriota Rosa Martínez conforman el dúo de curadoras responsables de la presente edición de la muestra). Hay otros tres argentinos presentes en Venecia: Leandro Erlich (quien formó parte del envío argentino en la Bienal de 2001), también en el Padiglione Italia; Sergio Vega –en el Arsenale, invitado por Rosa Martínez– y Carolina Antich, presente en el pabellón de Italia por haber ganado uno de los cuatro premios al arte joven 2004-2005.
La obra de Macchi en el pabellón central (ver foto) también se relaciona con el sonido. Allí, en el medio de un recinto cerrado construido para la ocasión, cuelga del cielorraso una esfera espejada (como las que se usan en las discotecas). Todo el recinto está violentamente agujereado, como si la esfera espejada emitiera disparos en vez de rayos de luz. A su vez, el tratamiento de la luminosidad es austero y difuso –con tubos fluorescentes–, lo que provoca una enorme sordidez. El impacto de esta obra se juega no sólo en la luz y las perforaciones, como huellas de algo ominoso, sino también en el silencio como testigo mudo. La escena presente evoca la violencia que acaba de suceder.