Me parece que la medida de obligar a la banca a otorgar créditos a la producción con plazos razonables y tasas “preferenciales” es excelente, es volver a los bancos a su función original. Creo de cualquier manera que el 5 por ciento es escaso, pero entiendo que se hace lo que se puede. Si se hiciera como sería justicia, los “republicanos” harían otra histérica demostración de espanto por la intervención estatal en los intereses privados. Pero voy al punto de mi inquietud. ¿No sería lógico completar esta medida con alguna disposición en referencia a los precios que las empresas que reciban este beneficio pueden aplicar a los productos producidos con este beneficio? Esta inquietud surge ante la duda que tengo en la solidaridad de los empresarios, grandes o chicos, que calculan máximos beneficios a su producción, más un plus por las dudas, y en este caso sería con el dinero que los bancos administran, pero que en realidad es de los posibles consumidores de esta producción.

Néstor Pasik

DNI 7.606.927