Como miembro de la Argentine Chevening Alumni Association (AChA) me siento aludido por la nota publicada el día 20/8/2006 por Horacio Verbitsky. Partiendo del respeto por la producción periodística de Verbitsky, entiendo que la nota “Duhalde Not Dead”, en la cual se adjudica a la AChA la resurrección política del ex presidente a partir de un encuentro con la asociación (finalmente no realizado), está construida desde falsos estereotipos. Al estilo del fallecido humorista Adolfo Castelo, el artículo es una asociación libre de ideas partiendo de la pertenencia laboral del presidente de la AChA, Matías Campodónico, y del vicepresidente, Andrés Zenarruza, quienes trabajan en la consultora Burson-Marsteller y en el Citigroup, respectivamente. Esta situación no autoriza a vincular a dichas personas con los clientes de las entidades donde trabajan, y menos aún con los clientes que tenían hace tres décadas la consultora y la financiera. Aun así, si Verbitsky hubiera hecho una investigación más a fondo se habría dado cuenta del pluralismo institucional de los miembros de la AChA: universidades nacionales, ONG etc. Preocupa la atribución de construir opinión pública a partir de estereotipos, y de descalificar instituciones y personas forzando y urdiendo una vinculación con un pasado al que la sociedad argentina nunca más quiere retornar. Entiendo que tanto el medio como el periodista deberían ayudar a reconstruir la imagen dañada de la Asociación y de las personas mencionadas.

Francisco Martín Suárez

de General Sarmiento

N. de la R:

La nota no contenía crítica alguna a la Chevening Association, como han reconocido sus propios miembros en el largo debate interno posterior a su publicación. Si sus autoridades han usado mails de Burson-Marsteller y de Citigroup para invitar a una reunión con Duhalde, no es razonable buscar otras responsabilidades de cualquier hipotético desprestigio. Para superar el pasado hay que cuidar el presente.

H. V.