Lo blanco es bueno, positivo, superior. Lo negro es malo, negativo, inferior. En un país donde muchas y muchos lamentablemente piensan así, sería saludable que desde los poderes públicos, medios de comunicación, instituciones educativas de todos los niveles y la comunidad en general se dejen de lado expresiones como empleo en negro o en blanco para distinguir a quien trabaja realizando su empleador aportes previsionales y contando con cobertura social, de quien lo hace sin aportes, desprovisto de toda protección; economía o mercado en negro o en blanco, si son actividades realizadas cumpliendo las regulaciones propias del mercado o apartándose de las mismas. No necesariamente quienes así se expresan buscan discriminar. Pero lo cierto es que a diario lo leemos y escuchamos. Lo ideal es que no haya trabajadoras y trabajadores informales, ni una economía o un mercado al margen de la ley u ocultos para los registros fiscales o estadísticos. Pero mientras nos toque convivir con esta realidad, es mejor no identificar blanco con lo legal y negro con lo ilegal. Mejor, no discriminar.

Marcelo Krikorian

DNI 20.233.672