Miércoles, 6 de julio de 2016 | Hoy
CIENCIA › LA SONDA DE LA NASA GIRA EN TORNO A JúPITER HASTA ESTRELLARSE CONTRA éL EN 2018
La misión de la NASA, que costó unos 1100 millones de dólares, logró llevar a Juno hasta la órbita de Júpiter. Intentará ver a través de las nubes del planeta. La pretensión es que ayude a determinar el origen del sistema solar.
Desde ayer a la 0.54, hora de la Argentina, la sonda espacial Juno comenzó a girar en torno a Júpiter en una misión que llevará 20 meses, cuyo objetivo será investigar el origen del planeta más grande del sistema solar. La llegada a la órbita del gigante gaseoso representa un triunfo para el proyecto de la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA, por sus siglas en inglés), que espera desentrañar los misterios de este planeta “con esteroides’’ en el que todo es extremo, la atmósfera es tóxica y la radiación es mil veces mayor que el límite letal para un ser humano. Por primera vez, una sonda no tripulada pretende mirar más allá de las nubes de Júpiter. Por otro lado, la cantidad de agua que hay allí será también un dato clave, ya que podrá develar a los astrónomos cuándo y cómo se formó el planeta. La misión culminará en febrero de 2018, cuando está previsto que Juno se estrelle intencionadamente contra la atmósfera jupiteriana.
Los científicos de la NASA esperan que la misión que costó la friolera de 1100 millones de dólares (unos 1000 millones de euros) les revele nuevos datos acerca del modo en que se formó el gigante gaseoso, y por tanto también sobre el surgimiento de todo el sistema solar.
Con un peso de unos 3500 kilos, Juno fue lanzada en agosto de 2011 a bordo de un cohete Atlas desde el aeródromo de Cabo Cañaveral en Florida, Estados Unidos. Cinco años después, y con un recorrido de 2800 millones de kilómetros, está lista para revelar “los secretos en el interior del planeta”, dijo la jefa de la misión en la NASA, Diane Brown.
Con una maniobra de impulso final de media hora, la sonda se acercó hasta unos 4500 kilómetros de las nubes del gigante del sistema aolar, más cerca que ninguna nave anterior. Mediante tonos de radiofrecuencia enviados por Juno, los expertos controlaron la buena marcha del proceso desde Pasadena, California.
Juno se aproximará a las nubes del planeta cada 14 días, en total unas 37 veces. Esta será la primera oportunidad que una sonda orbite los polos de Júpiter, lo que proporcionará nuevas respuestas a los misterios sobre su núcleo, composición y campo magnético.
Júpiter es el planeta de mayor tamaño, con un diámetro de unos 143 mil kilómetros, y se compone principalmente de hidrógeno y helio. Asimismo es el de mayor masa: más del doble que todos los otros siete planetas juntos. Y además se cree que fue el primero que se formó tras el surgimiento del Sol, por lo que incorporó la mayor parte de los restos de polvo y gases del Sistema Solar primigenio.
“Investigar Júpiter no será fácil”, advirtió el científico Scott Bolton, a cargo de la misión de la NASA, ya que “la radiación del planeta es extremadamente elevada y bajo sus nubes hay un fuerte campo magnético con hidrógeno bajo presión”. A este respecto, Heidi Becker, ingeniera especializada en efectos de la radiación en el Jet Propulsion Laboratory de la NASA, afirmó que “el campo magnético de Júpiter es casi 20 mil veces más potente que el de la Tierra; todo el planeta está rodeado por un cinturón de radiación intensa. Esta radiación equivale a 100 millones de rayos X en el transcurso de un año”. Por tal motivo, los equipos electrónicos que lleva Juno se hallan en el interior dentro de una bóveda de titanio para protegerlos precisamente de ese golpe de radiación. “Es prácticamente un tanque armado”, acota Becker.
De igual modo, Bolton señaló que Juno tratará de descubrir más lunas alrededor de Júpiter, además de las 67 ya descubiertas, al tiempo que intentará saber cómo se genera el intenso campo magnético del planeta, y estudiar también la formación de las auroras, las luces en el cielo que se producen por la conjunción de la energía solar y las partículas eléctricas atrapadas en dicho campo magnético.
Asimismo, cuando se logre medir la cantidad de agua y amoníaco en la atmósfera de Júpiter, la sonda determinará si el planeta tiene un núcleo sólido, por lo que “podrá resolverse el origen de este planeta gigante y, en consecuencia, del Sistema Solar’’, aseguran desde la NASA.
Por otra parte, Juno hará mapas de los campos gravitacionales y magnéticos del gigante gaseoso, para lo que lleva consigo nueve instrumentos científicos, y también cuenta una cámara que puede capturar imágenes y videos de sus numerosas lunas.
No es la primera vez que Júpiter recibe una visita de la Tierra. Cabe recordar que el Pioneer 10 (en 1973) y las dos sondas Voyager (en 1979) ya habían recabado datos sobre su composición. A su turno, en 2003, la sonda europeo-estadounidense Galileo también sobrevoló Júpiter, aunque se derritió al entrar en su atmósfera.
La misión Juno –que, según la mitología romana, podía ver a través de las nubes– procurará develar los misterios del planeta más grande y nuboso de nuestro vecindario cósmico. ¿Cómo y cuándo se formó Júpiter? ¿Y cuál fue su injerencia en el surgimiento del resto de los planetas del Sistema Solar? De momento, nadie puede precisarlo. Pero los científicos ya se relamen ante una inminente respuesta.
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