A mediados de agosto de 2005 decidimos formar una organización de Mujeres Desocupadas. Todas las que siempre nos reuníamos teníamos el mismo problema. Eramos mujeres solas a cargo de nuestro hogar y era también igual la necesidad de tener un trabajo, que no conseguíamos.

Las empresas no nos atienden y cuando lo hacen es para decirnos que es el gobierno, el intendente, el que nos tiene que dar una solución. Pero el intendente jamás nos quiere atender. Nos cansamos de ir a pedir una audiencia y jamás nos atendió ni un minuto.

Ya organizadas, salimos a recorrer las empresas pero chocamos con todas las puertas cerradas para nosotras. Entonces nos dimos cuenta de que no teníamos la fuerza suficiente que tienen los hombres para exigir que nos escuchen.

A la primera empresa que fuimos fue la Contreras Hnos., que está haciendo un gasoducto para Pan American Energy. Pero no resultó. Agotada toda posibilidad de diálogo, decidimos cortar el camino de acceso a la empresa. Fuimos el 27 de enero a las 6 de la mañana. A las 11 ya vino la policía femenina para sacarnos. Resistimos, haciendo un cordón humano, y no nos pudieron sacar. Ahí nos quedamos hasta la noche. Estuvimos escondidas en los montes para que no nos encontraran. Y el sábado a las 6 otra vez fuimos a cortar el camino. A las 11.30 ya llegaban de nuevo la policía femenina y la Infantería. Todos armados y equipados para el combate, escudos, gases. Eramos 22, diecisiete decidimos quedarnos en el camino. Las otras cinco son mayores.

Ahí vino la Infantería y nos desalojó violentamente, golpeándonos y llevándonos presas a la rastra. No le importó que hubiera niños, bebés y una mujer embarazada. Nos llevaron esposadas como delincuentes. Nos liberaron a las 12 de la noche de ese día y dejaron cinco compañeras detenidas. Pensamos que ésa fue una medida para meternos miedo, para escarmentarnos.

Ante esta situación solicitamos la ayuda de algún profesional (abogado) para asesorarnos acerca de nuestros derechos. Rogamos comunicarse al (03875) 15455996.