CULTURA › DANIEL BARENBOIM-EDWARD SAID PREMIADOS EN ESPAÑA

Los que apuestan a la paz

El músico argentino-israelí y el escritor estadounidense de origen palestino ganaron el Premio Principe de Asturias 2002 a la Concordia por su decidido aporte “a la convivencia pacífica” en Medio Oriente.

El director de orquesta israelo-argentino Daniel Barenboim y el escritor estadounidense de origen palestino Edward Said fueron galardonados ayer, en Oviedo, España, con el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia, por haberse convertido en un ejemplo de la “convivencia pacífica” a través de la cultura. Horas después, en una conversación telefónica, los premiados se pusieron de acuerdo para donar el dinero del premio para becar a jóvenes músicos palestinos, en una decisión de notables resonancias políticas. “Estaba en casa cuando me comunicaron desde España la noticia. Después hablé por teléfono con Said, que está en Nueva York, quien me pidió que les diga que también se siente muy honrado y feliz”, dijo Barenboim en una rueda de prensa celebrada en la “Staatsoper” de Berlín, teatro del que es director artístico desde 1992. Barenboim dijo que entiende que el premio, anunciado ayer por la mañana en España, es “el reconocimiento a un ideal de convivencia, un proyecto de paz”.
Barenboim y Said “han establecido una estrecha relación que les ha llevado a buscar alternativas para la paz, la convivencia y la concordia a través de la cultura”, indicó el jurado español al justificar su decisión. Los miembros del jurado destacaron “la creación de la West Eastern Divan”, una orquesta que impulsaron Barenboim y Said, y que desde 1999 reúne a jóvenes músicos de Medio Oriente, procedentes de Palestina, Israel, Siria, Líbano y Egipto. La orquesta comenzó en Weimar, Alemania, y siguió trabajando en Chicago, Estados Unidos, y en agosto último se presentó en Sevilla, España. El jurado destacó que en cuatro años esos encuentros de jóvenes músicos de Medio Oriente se convirtieron en “uno de los referentes más importantes de la convivencia pacífica”. Barenboim, director de orquesta y pianista, es desde hace varios años uno de los más fervientes defensores del diálogo entre israelíes y palestinos, sumidos en un conflicto de más de medio siglo que ha dejado miles de muertos.
La candidatura de Barenboim y de Said fue presentada, entre más de cuarenta propuestas, por la Fundación Internacional Yehudi Mehuhin y por la Fundación Tres Culturas del Mediterráneo. Más de 46 candidaturas procedentes de Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Estados Unidos, México, Perú, Venezuela y España habían llegado a Oviedo para el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia, según un comunicado de la Fundación homónima. El músico destacó ayer en Berlín: “Es un premio repartido que también compartimos con Andalucía y no sólo porque la última edición del Taller Divan tuvo lugar allí, sino porque en esa región de España, musulmanes judíos y cristianos convivieron pacíficamente durante siete siglos. No hay otro ejemplo similar en la historia y en el mundo”.
El director, que nació en Buenos Aires y es ciudadano de Israel, contó que “todos los andaluces que participaron en el Taller sienten Oriente Medio como parte de su historia y tanto los israelíes como los árabes, al estar en Sevilla y todavía más en Córdoba, sintieron que España también forma parte de la suya”. La idea del Taller surgió de forma casual durante la conversación que Barenboim mantuvo en Bayreuth, donde aquellos días dirigía dos óperas de Wagner, con un desconocido, Bernd Kauffmann, responsable del Programa Cultural de la Ciudad de Weimar. “Vino a pedir mi colaboración para el programa que se estaba preparando con motivo de la elección de Weimar como ciudad cultural europea 1999. Le dije que disponía de muy poco tiempo, pero como hubo comunicación entre los dos, se me ocurrió de pronto y, la verdad, sin creerme lo que decía, que si era capaz de juntar a músicos árabes y palestinos, tal vez podríamos hacer algo”, relató. Meses antes de que Weimar asumiera la capitalidad cultural de Europa, Kauffmann comunicó a Barenboim que más de doscientos jóvenes músicos israelíes y árabes habían respondido a la convocatoria.
“Para los integrantes del taller es una experiencia increíble y no exenta de dificultades, pues para algunos significa tocar junto a un enemigo. Pero nadie abandonó nunca y nadie faltó a la segunda condición que Said y yo pusimos para acceder al proyecto”, puntualizó ayer el músico. El primer requisito es “tener un nivel musical bueno”; el segundo”estar convencido de que la solución del conflicto de Oriente Medio no es militar”, resaltó. “Nuestro proyecto no va a resolver el conflicto de Oriente Medio, pero demuestra clara y palpablemente que hay campos en los que se puede trabajar y que hay lugar para experiencias comunes”, agregó. Barenboim viajará mañana viernes a Jerusalén, donde participará en el Festival de Música de Cámara, y el martes a la ciudad palestina de Ramala, donde se entrevistará con estudiantes y músicos.

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El argentino-israelí acordó telefónicamente con el escritor donar el dinero a los jóvenes músicos palestinos.
 
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