CULTURA › OPINION
Militante de la resistencia
Por Diana Bellessi
Si necesito recordar que el mundo tiene sentido, leo los mundos de Ursula K. Le Guin. Si debo amigarme con la sombra, siempre orlada por la luz y viceversa, leo los libros de UKLG. Si el canon de los clásicos me convoca, vuelvo a verlo vivo en la prosa de UKLG. Si lo no imaginable se representa, con severa lucidez, con belleza sin aliento, lo encuentro en la ficción de UKLG. Experimentación que retorna de un largo viaje y se ofrece como inquietante simpleza, el oficio y la hondura de sus relatos. Si quiero curarme de la cháchara y las modas, leo a UKLG. Algunos leen a Lao Tzu, otros el Vedanta, los Salmos, o El Chilam Balam; yo también. Hay quien prefiere a Joyce o Proust. Yo elijo a UKLG.
Una bárbara refinada del oeste estadounidense, una escritora de fantasy y CF, una poeta, una ensayista no convencional, una traductora de lenguas devaluadas, una cronista de su tiempo, una militante de la resistencia: Ursula K. Le Guin lleva la periferia al centro, rema en la nave de los esclavos sobre la cresta de los océanos.