EL PAíS › KIRCHNER HABLO DE LA DEUDA A EMPRESARIOS Y
ACREEDORES EN EL COUNCIL OF AMERICAS DE NUEVA YORK

“Esta oferta es la única que vamos a hacer”

En medio del trámite iniciado ante la SEC de Nueva York, el Presidente afirmó que cuando la oferta concreta sobre la deuda esté entregada al organismo, no habrá otra en los próximos meses. El Gobierno está satisfecho por lo que interpreta como una luz verde de Powell ante Bielsa. Kirchner agregó ayer: “Preferimos ser menos simpáticos pero más serios ante el mundo”.

 Por Martín Granovsky

El presidente Néstor Kirchner disfrutó ayer de la prohibición legal de hablar en detalle de la propuesta argentina a los bonistas que tienen títulos de la deuda. En un discurso pronunciado en el Consejo de las Américas de Nueva York, no mencionó técnicamente la presentación argentina ante la SEC, el organismo regulador del mercado de valores de esta ciudad, pero aprovechó para fijar un criterio: “Esta oferta es la única que vamos a hacer”, dijo.
La Argentina ya presentó su propuesta macroeconómica, la primera parte del trámite en la SEC, y el organismo prohíbe dar públicamente los detalles una vez que comenzó el procedimiento. El Gobierno, en cambio, puede cambiar su oferta a los bonistas en cualquier momento, por lo cual Kirchner juntó un elemento legal y otro político.
“Sabemos que hay quienes piensan, y le dicen al mercado, que ésta no es la oferta definitiva, y que haremos otra en pocos meses más”, dijo Kirchner. “Quienes dicen eso están equivocados, pues la oferta es la que saldrá al mercado y será única”, reforzó. “Hubo mucho ruido distorsivo en el mercado, porque en algunos individuos hubo y hay la intención de distorsionar los hechos.”
El Presidente habló en un almuerzo ante unos 200 empresarios y gerentes. Al final del discurso, que leyó completo, agregó una parte improvisada en la que dijo: “Preferimos ser menos simpáticos pero más serios ante el mundo”.
Y agregó: “Generacionalmente no nos aceptamos a nosotros mismos un nuevo fracaso”.
Antes mantuvo una charla privada con un grupo de empresarios y financistas que por primera vez añadieron una preocupación por la seguridad. “Soy racionalmente optimista”, dijo Kirchner en el encuentro reservado, según la versión de un funcionario argentino. “Es un tema que se soluciona con políticas concretas, y no con voluntarismo y discursos. Esas políticas ya están dando resultado.”
En esa misma reunión apeló a un juego de palabras para anticipar lo que diría momentos después ante el pleno de gerentes y directivos de empresas y fondos de inversión. “Nuestras políticas están decididas y nuestras decisiones son definitivas.”
Un empresario reveló a este diario que en el transcurso de la entrevista colectiva el presidente del Citicorp, Bill Rohdes, y el ejecutivo Jorge Bermúdez intentaron monopolizar la atención de Kirchner. Bermúdez es el mismo que figura en el informe del senador Carl Levin sobre lavado de dinero que difundió hace dos años Elisa Carrió. “Kirchner no sigue al Citi, a tal punto que en los últimos meses no recibió con simpatía los elogios de Rohdes para Alfonso Prat Gay”, el presidente del Banco Central que está a punto de ser reemplazado por Martín Redrado, precisamente por decisión presidencial.
Ese relevo fue tocado por Kirchner ante una pregunta del Morgan Stanley sobre si el cambio en el Banco Central no restaba la calidad institucional proclamada por el Presidente como un objetivo, puesto que estaba sacando independencia al BCRA.
Prefirió una respuesta por la positiva. “La correctísima conducción actual del Banco termina su gestión el 23”, dijo por hoy. “Es la primera vez que una conducción termina sin alteraciones, y por eso lo que hemos hecho es nada más que un cambio de hombres, porque su actual presidente no deseaba continuar en el cargo.”
El discurso se produjo al día siguiente de que el canciller Rafael Bielsa saliera eufórico de la recepción en el Waldorf Astoria a las delegaciones extranjeras después de hablar con el secretario de Estado Colin Powell. “Powell cree que hay posibilidades ciertas”, fue la contestación de Bielsa a una pregunta sobre la posición norteamericana ante la chance de que se resuelva la crisis de la deuda.
“En este primer año y medio tuvimos con los Estados Unidos una agenda conservadora”, dijo Bielsa. “Ha llegado el momento de pasar a una agenda proactiva.”
Bielsa y Powell combinaron una reunión bilateral para antes de fin de año, justo el último período antes de que, en los cálculos oficiales, podría quedar definida la situación de la deuda argentina, cosa que según las estimaciones del Gobierno debería ocurrir a principios del 2005.
Ayer, en el Council, Kirchner inscribió la cuestión de la deuda en un futuro posible que debería terminar en lo que definió como “un mejor Estado, un mejor mercado y más sociedad”.
Su categoría de “mejor Estado” fue el aumento de la “calidad institucional, la transparencia y el respeto por los más elementales derechos de los seres humanos, recuperando sus roles básicos y una actitud proactiva en favor del crecimiento sustentable”.
El “mejor mercado” incluiría “claras reglas de juego, disminuye la concentración, amplía su capacidad de consumo, su integración interna e internacional y mejora su competitividad”.
La “mejor sociedad” es la que saldría de aumentar la inclusión.
Kirchner trató de pararse no en un ángulo puramente ideológico sino en datos. Una buena parte de su discurso estuvo dedicada a marcar un ahorro fiscal del 4,1 por ciento del PBI, una recaudación tributaria que subió un 39 por ciento en el primer semestre en comparación con el mismo período del año pasado, una caída de morosidad de los bancos, un crecimiento anualizado del producto bruto en el primer trimestre del 11 por ciento (Kirchner dijo que la “cierta desaceleración” del segundo trimestre, con el 7 por ciento, se revertirá en el tercero) y una tasa de desempleo que se redujo unos siete puntos en los últimos tres semestres.
Estos números deberían conducir hacia el objetivo de “construir un capitalismo serio”, definido por el Presidente como un sistema que frene los monopolios, respete al inversor y al consumidor al mismo tiempo y se base en reglas claras con organismos de control funcionando.
“No pretendemos ser tomados como ejemplo”, dijo Kirchner. “Solo requerimos un examen objetivo, desapasionado y equilibrado.”
Los comensales escucharon el discurso y formularon pocas preguntas. Una sola con más intención, la del representante de Morgan Stanley. También una invitación a visitar la planta de Ford en Pacheco, que fue aceptada. Y una de Beatriz Rangel, del Grupo Cisneros, contestada largamente por Kirchner porque trataba sobre energía.
“El problema no era tan grande”, dijo. Detalló la ampliación y construcción de gasoductos a cargo de TGN, Petrobras y Techint, e inversiones por mil millones de dólares. “A fines del 2006 estarán terminadas las obras. Esto, más el marco regulatorio, dan una visión estratégica previsible a la Argentina.”

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Sitiado por el endemoniado tránsito neoyorquino, el Presidente, junto a su comitiva, fue caminando a la mayoría de sus citas.
 
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