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Boca necesitaba hacer mucho ruido para silenciar las críticas que habían desatado las derrotas consecutivas ante San Lorenzo e Independiente, y así lo hizo. Necesitaba un triunfo contundente, que despejara, al menos momentáneamente, algunos de sus serios problemas, como la falta de juego y de efectividad, y ayer lo consiguió con una espectacular goleada por 6-0 sobre Vélez, que llegaba segundo en la tabla, también con 13 puntos, y con la defensa menos vencida. Boca ganó sin jugar bien, abusando del pelotazo y con muchas dificultades, pero con un iluminado Carlos Tevez, como hace tiempo no se lo veía en Boca, generando cinco de los seis goles sólo porque el sexto se convirtió cuando él ya estaba fuera del campo.
Tres años tuvieron que esperar los hinchas de Boca para volver a gritar como lo hicieron ayer, desde ese único gol del japonés Takahara en aquel 6-1 frente a Lanús. Tres años y, con seguridad, la reciente catarata de críticas que pusieron bajo la lupa el trabajo de Brindisi, el rendimiento de los jugadores repatriados y la relación entre los integrantes del plantel, críticas que al parecer calaron hondo en el amor propio de los jugadores. Fue Tevez el hacedor de la gesta, figura excluyente de un partido cuya pobreza inquietaba, porque parecía imposible que se vieran tres pases seguidos, en cualquiera de los bandos.
En los primeros minutos Vélez tuvo dos oportunidades claras de gol, una de Batalla, que tapó Abbondanzieri, y otra de Valdemarín, la más clara, un remate cruzado que pasó muy cerca del segundo palo del arquero. Entre los locales era Tevez el único que, a contramarcha de los pelotazos divididos, aparecía con relámpagos de gracia y talento.
De una de esas apariciones nació el primer gol de Boca: un remate cruzado del 10 que Sessa desvió, Palermo luchó con Pellegrino y Guglielminpietro empujó a la red. Fue Tevez también el que disparó el tiro libre que Schiavi cabeceó para el 2-0, tras ganarle la posición a Fuentes, el capitán velezano.
De nada sirvieron los cambios que propuso tras el descanso Alberto Fanesi. Todavía no había hecho pie Gorostegui cuando Tevez se lo llevó con la suela hasta uno de los vértices del campo, paseando por la zona a Pellegrino y Bustamante, para sacar un pase limpito para Jerez, quien a su vez sacó un centro perfecto para Cardozo, que de cabeza puso el asunto 30. El cuarto lo hizo Palermo, de penal; la falta había sido de Pellegrino contra Tevez, quien había picado habilitado y ya dejaba en el camino a Sessa cuando recibió el empujón. El 5-0 fue todo de Tevez: controló un pelotazo largo de Palermo, la acomodó con la derecha y con la misma pierna sacó ante la salida del arquero un remate cruzado que se coló en el segundo palo.
Vélez no ofrecía resistencia; todo salvo Tevez era ordinario, quizá por eso Brindisi decidió reemplazarlo por Cángele, para que se llevara en los oídos las música de una máxima ovación, y porque sentía una molestia, que acaso lo deje fuera del próximo partido.
El propio Fuentes marcó en contra el último tanto del encuentro, al intentar despejar un centro de Cardozo que tenía buen destino en Cángele. Con la goleada, los hinchas locales calmaron sus ansias inmediatas: a Boca ayer le sobraron goles, pero le sigue faltando juego.