CULTURA
Vínculos generacionales
La interacción generacional que Basimiani y Ríos intuyeron en algún momento como necesaria para el desarrollo de los artistas de Sonoridad Amarilla les está dando sorpresas mientras avanzan. “Todo empezó en el verano del 2002, cuando cayó De la Rúa. Hubo un encuentro interdisciplinario de artistas en La Cumbre bajo el lema Nuestro capital es la carencia al que vinieron 300 personas –relata Ríos–. Lo organizamos Sonoridad, La Fundación Nautilius, de Remo, y Laura Batkis. Tuvo un espíritu de convivencia: había talleres, muestras, y cada uno enseñaba lo que sabía. El contacto que se armó con tipos como Bianchedi, Prior y Suárez nos hizo dar cuenta de que teníamos que desarrollar un vínculo entre consagrados y emergentes”. Después vino una muestra conjunta de Bianchedi, Suárez, Prior y Monzo en SA que se llamó Celebración, “era nuestro reencuentro en un lugar alternativo: cuatro artistas que estábamos en galerías del centro y nos fuimos a la periferia” dice Bianchedi, y desde entonces la suma de estos y otros consagrados a la “escudería” SA.
–¿Quiénes son los más beneficiados con este intercambio?
Ríos: –Funciona mejor para artistas consagrados que para emergentes. Los jóvenes no se dan cuenta todavía de la importancia del maestro.
Bianchedi: –Creen que la legitimidad pasa por cuatro galerías del centro, que van a ser artistas cuando expongan ahí.
Ríos: –Los jóvenes generamos una información que a los consagrados les sirve. También es cierto que el ego, a veces, no les permite a los artistas reconocidos aceptar esto. Una de las cosas que les pedimos es que bajen el ego al menos un 30 por ciento (risas).