CULTURA › NELIDA DONNI DE MIRANDE Y UNA NUEVA POLEMICA
Una lingüista cuestionada
Por S. F.
¿Las actividades que se desarrollan en la Feria del Libro deberían ser reguladas o controladas? ¿Quién se fija en la letra chica de los participantes? ¿Puede haber alguna sorpresa desagradable? Estos interrogantes, formulados para abrir un debate que aún no está cerrado, vienen a cuento porque este sábado a las 18, en la sala Javier Villafañe, la Academia Argentina de Letras –que se empeña en defender la corrección gramatical, pero padece de una desmemoria crónica– incluyó a la lingüista Nélida Donni de Mirande en una mesa redonda por el día del idioma. Donni de Mirande fue cuestionada “por razones éticas”, tanto por la universidad como por el municipio de Rosario, cuando su nombre apareció en el listado de participantes del Congreso de la Lengua de Rosario, en noviembre del año pasado. La principal objeción se relacionaba con su meteórica carrera académica, que cobró impulso a partir de 1966, después de la Noche de los Bastones Largos, y que se afianzó durante las sucesivas dictaduras.
El decano de la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de Rosario, Darío Maiorana, en aquella ocasión, señaló ante Página/12 el “malestar” que hubiese provocado la inclusión de Donni de Mirande.
“La impugnación es ética: no puede representar a nuestro país alguien que obtuvo la mayoría de los antecedentes en gobiernos militares. Ella ingresó como investigadora en los ’70, mientras miles de docentes no lo podían hacer por razones ideológicas, se doctoró en 1980 cuando cientos no podían hacerlo por los mismos motivos. Detenta esos cargos por la exclusión de miles. Cuando derrocan a Illia en 1966, ella era ayudante de cátedra, tres meses después asciende a titular. En 1984, cuando la democracia concursa esa cátedra, no se presenta y se retira”, explicó Maiorana.
La lingüista no participó del Congreso de la Lengua. El cuerpo social de la comunidad rosarina rechazó las conductas antidemocráticas de Donni de Mirande. La Fundación El Libro sostiene que ellos no se hacen responsables por los actos que organizan los expositores y que la responsabilidad es de la Academia Argentina de Letras.