CULTURA
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Una obra sin fisuras
Por luis gregorich*
Desde 1992, con sólo una breve interrupción, la Feria del Libro otorga su premio anual a la mejor obra de creación literaria, escrita por argentinos y editada en la Argentina. En una época en que la transparencia y credibilidad de los premios literarios está sometida a debate, puede decirse, no sin satisfacción, que la simple nómina de los sucesivos premiados marca la firmeza de una tendencia. El pluralismo del jurado –críticos de los distintos medios, académicos, docentes universitarios en literatura argentina, escritores– determinó la diversidad estética y política de los premiados. Pero nunca estuvo ausente la reivindicación del arte, del oficio de escribir. Y la presión del mercado, comprensible en otros casos, aquí no se hizo presente. Véase la lista. Narradores: Eduardo Belgrano Rawson, Andrés Rivera, María Esther de Miguel, Isidoro Blaisten, Héctor Tizón, Sylvia Iparraguirre, Eduardo Mignogna, Juan José Saer, Griselda Gambaro. Ensayistas y biógrafas: Beatriz Sarlo, María Esther Vázquez. Poetas: Jorge Calvetti, Olga Orozco, Joaquín Gianuzzi.
Y como para reducir las ventajas del género narrativo, quizá más popular y mediático, este año el jurado ha otorgado la recompensa a un poeta, tal vez el más reconocido y estimado de los poetas argentinos, Juan Gelman, premiando a la vez, sin duda, un libro, una obra sin fisuras desde aquel lejano Violín y otras cuestiones, y una extensa trayectoria pública y vital. Se trata de un premio modesto en lo material, que no puede compararse ni con los que da (o debería dar) el Estado, ni con los que conceden las más importantes editoriales y los grandes medios gráficos, pero que tiene la convicción que brinda a los escritores el desinteresado voto de sus pares.
* Presidente del jurado.
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