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Loffreda, el SIC y Los Pumas, llegó la hora del rugby

El entrenador de Los Pumas analiza la liga local y cuenta cómo se prepara la selección argentina para la temporada internacional.

Por Román Iglesias Brickles

Transcurridas un par de semanas de la gran consagración del San Isidro Club como campeón del 102º torneo de la Unión de Rugby de Buenos Aires (URBA), nadie mejor que Marcelo Loffreda, entrenador de Los Pumas y con raíces en el SIC, para analizar la campaña que llevó al club de Boulogne a alzarse en forma invicta y quedarse con el título número 21 de su historia. Por otra lado, Loffreda también se refiere a todo lo que acontece con la selección argentina de rugby en vísperas de los test matches contra Australia a principios del mes próximo y la gira posterior a Europa.
El SIC tuvo una temporada notable. La culminó venciendo en la final del torneo de la URBA a Regatas de Bella Vista por 16-10; así se quedó con su 21º título y obtuvo por tercera vez un certamen en forma invicta (lo había logrado en 1948 y 1970). Luego de una extensa temporada que incluyó 24 partidos, el San Isidro Club (donde se dice que alguna vez jugó el Che Guevara) logró conjugar –entre otros– varios atributos indispensables y muy difíciles de conseguir: sacrificio, coordinación y definición.
En cuanto al sacrificio, es importante marcar que el SIC hizo del tackle una devoción y “rompió” miles de piernas rivales. Tanto es así que terminó con el ingoal menos vencido (es decir, con menos tries en contra). Si de coordinación se trata, la que supo demostrar el campeón es envidiable porque evidenció un equilibrio dentro de sus líneas que le permitió no perder nunca las riendas de los partidos. Y, por último, gracias a su capacidad ofensiva doblegó a rivales que lo emparejaban en los otros ítems. Se estableció como el equipo más goleador al pasar los 1000 puntos, y Matías Ricciardi, uno de sus wings, fue el tryman de la temporada con 20 conquistas.
Para Marcelo Loffreda, entrenador de Los Pumas, SIC resultó “un justo y digno ganador del torneo. El hecho de haber permanecido invicto durante tantas fechas en forma consecutiva (30 partidos) muestra que estaba un pequeño escalón arriba de los rivales de turno, y el día de la final ante Regatas lo demostró”. A la hora de revisar las razones y condiciones que posee el conjunto donde actúa el Yanqui Martin indicó que “dentro de los atributos destacables” había que subrayar “la gran defensa y la entrega que demostró en cada enfrentamiento”.
La última vez que La Zanja (así le dicen a SIC porque antes de que rellenen los terrenos de la Panamericana era tierra cenagosa) coronó fue en 1999, y justamente Marcelo Loffreda fue quien dirigió ese equipo. Y al estar tan identificado con esa camiseta (según dice él) no puede hacer un análisis objetivo:
“Yo toda mi vida he sido del SIC y esto no lo puedo esconder. Por eso, los felicito, estoy contento y conforme pero –advirtió– evidentemente conozco cuál es mi función como entrenador de Los Pumas y no puedo tener ningún tipo de actitud partidista desmedida, ya que no corresponde.”
Con respecto a sus tareas como técnico de la selección, Loffreda puntualiza un detalle curioso de funcionamiento: hace menos de un mes se realizó un nuevo entrenamiento, en Francia, con los integrantes de Los Pumas que actúan en Europa. El entrenador incorporó esta novedosa modalidad ante la imposibilidad de contar con los jugadores en la Argentina; esa circunstancia lo obligó a movilizarse:
“Estuvimos en Europa entrenando durante tres días que fueron muy intensos y positivos –dijo–. Este tipo de concentraciones nos vienen muy bien por el aspecto humano. Porque la idea, también, es generar mayor consolidación dentro del grupo”.
Una de las ventajas que Loffreda rescata de estos encuentros más o menos informales es que no poseen la presión que genera la cercanía de un partido. “Estos entrenamientos –comentó– son fundamentales para la parte técnica porque no tenemos que estar pensando en el rival como generalmente ocurre en las concentraciones previas a los test. Estuvimos en un medioaséptico, ajeno, sin una confrontación inmediata, y pudimos hablar del juego y de la competencia en general y, por supuesto, también practicamos”, concluyó el entrenador de Los Pumas.
Después de haber tenido una mitad de año bastante movida en la que venció a Francia (campeón de Europa), cayó ante Inglaterra, ambos en Vélez, y perdió con Sudáfrica de visitante, el seleccionado argentino de rugby se prepara para el final de la temporada.
El 2 de noviembre enfrentará en el estadio de River a Australia, actual campeón del mundo, para luego partir hacia Europa, donde se medirá con Escocia e Italia. El objetivo, sin dudas, es la lenta pero ineludible puesta a punto para el Mundial de Australia 2003, cuando a Los Pumas les tocará, nada menos, que inaugurar la Copa del Mundo con el anfitrión, los poderosos wallabies.
Y allí estará, al borde de la cancha, Marcelo Loffreda.

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