Miércoles, 14 de enero de 2009 | Hoy
DEPORTES › SI AFRICA ERA PARA LOS JAPONESES...
Reinaron en el Dakar durante los siete últimos años, de manera consecutiva. Acumulan 13 victorias en las tres décadas de historia del rally, después de haber sucedido a Peugeot y Citroën como la marca a vencer en las dunas africanas. Pero el transplante a Sudamérica les cayó mal. Los japoneses de la Mitsubishi están al borde de resignar su dominio en la categoría de autos, pese a los esfuerzos del español Nani Roma (foto), el único sobreviviente del equipo oficial, ubicado en el cuarto lugar de la clasificación general, por acortar distancias con los líderes de Volkswagen.
“Nada está zanjado en una carrera como ésta, seguimos teniendo opciones. Aunque estamos lejos”, arengó el piloto, pese a los 73 minutos que lo separan del líder de la categoría, su compatriota Carlos Sainz, cuando queda la parte final de la prueba, que hoy reingresa de una manera no prevista en territorio argentino.
Tras el abandono en la séptima etapa del nueve veces ganador del rally, el francés Stéphane Peterhansel, la firma nipona dispone de pocas cartas para dar vuelta la competencia que se llevó a Japón desde el 2001 al 2007 de manera ininterrumpida.
Mitsubishi tenía buenas cartas para ganar, pero sólo le queda un coche en competencia, de los cuatro oficiales que partieron en Buenos Aires el 3 de enero. Tres de sus cuatro ases eran ex ganadores de la prueba reina del rally. Además de Peterhansel, Mitsubishi contaba con el también francés Luc Alphand, vencedor en 2006, y el japonés Hiroshi Masuoka, campeón en 2002 y 2003. Todos abandonaron.
Roma se esperanza con que la prueba no acabó aún. Pero después de diez etapas está a una hora y 13 minutos de la punta, y con solo tres etapas por delante, teniendo en cuenta que la de hoy fue suspendida. De hecho, está inclusive a más de media hora del tercero, De Villiers.
La clave en el actual dominio de Volkswagen, que no gana un Dakar desde 1980, está en su auto, en contraste con Mitsubishi, que estrenó un motor diesel que requiere ajustes a la luz de los resultados.
El Volkswagen Race Touareg 2 posee 280 caballos de fuerza y una cilindrada de 2500 cm3, que le permiten alcanzar hasta 190 km/h, pese a sus 1787 kilos. Ese motor diesel debutó en el Dakar 2007, el último disputado en Africa, en la que ganó 10 de las 15 etapas de la prueba, aunque ninguno de sus autos subió al podio; y se aprestaba a correr la edición 2008, que fue suspendida un día antes de su lanzamiento. En estos dos años, la casa de Wolfsburg gastó decenas de millones de euros en preparar los autos, que son reparados a fondo en cada final de etapa hasta dejarlos prácticamente nuevos.
En cambio, los Mitsubishi estrenaron sus motores diesel en esta competencia. Con 3000 cm3 de cilindrada, su potencia era similar a la de los VW, pero su durabilidad no estaba probada.
Con el desafío de Atacama ya eliminado, las últimas etapas en la Argentina podrían ser un paseo para la marca alemana, con recorridos que facilitan la velocidad, lo que favorece a esos autos. Pero, por ahora, nadie canta victoria. Este Dakar ha dado suficientes pruebas de exigencia absoluta. Las más de 210 máquinas que ya abandonaron la prueba son testimonio de la dureza de una competencia que no puede subestimarse.
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