Desde Montevideo

Dar unas vueltas por la capital uruguaya, recorrer sus calles céntricas y pasar por los suburbios para llegar al Complejo que la Asociación Uruguaya de Fútbol tiene en las afueras de la ciudad, en Carrasco, y donde la selección local se entrena y concentra para el trascendental partido de mañana, alcanza para determinar que de las dos cosas que parecen importarles más por esos días a los uruguayos, las próximas elecciones presidenciales y el clásico rioplatense, el partido de fútbol en el que ambos seleccionados se juegan el ingreso al Mundial de Sudáfrica ocupa el primer lugar, la tapa de los diarios, el boca en boca, los típicos puestitos de la calle.

Es que esta vez, como ninguna otra en la historia de las Eliminatorias, todos coinciden aquí en que Uruguay llega al partido frente a la Argentina en un muy buen momento del grupo, que a pesar de haber atravesado el torneo con altibajos después de un comienzo que despertó inusitado entusiasmo, se ha fortalecido y mucho con las victorias por 3-1 ante Colombia aquí y el triunfo sobre la hora frente a Ecuador por 2-1 en Quito, que le permitieron llegar a la última fecha con chances de entrar directamente al Mundial de Sudáfrica.

Esa confianza se siente en el aire, se respira. Nadie hace números ni piensa en ver lo que pase simultáneamente en Santiago, donde Chile recibe a Ecuador, el tercero en discordia en esta lucha por los últimos pasajes. Tanto los jugadores uruguayos como su entrenador, Oscar Washington Tabárez, la expresan con distintos tenores esa sensación de seguridad, que tan lejana se presenta hoy en el equipo argentino.

“Nosotros estamos bien y venimos muy satisfechos por los resultados conseguidos, pero eso todavía no cumplió ni las 48 horas de ocurrido, así que tenemos que seguir los procesos de recuperación de jugadores y, paralelamente, planificar el partido con Argentina, que va a ser muy difícil para nosotros por la categoría del rival”, arrancó el entrenador en el predio de Carrasco. Luego esquivó la pregunta sobre qué equipo parará en el Centenario y, más allá de que en la práctica –que fue a puertas cerradas pero algo se pudo espiar desde las cercanía del predio– paró a los mismos jugadores que vencieron a Ecuador, con excepción de los delanteros Diego Forlán y Luis Suárez, que hicieron trabajo diferenciado, Tabárez evitó dar precisiones. “Estamos en proceso de recuperación y lo fundamental es llevar a los jugadores en máximas condiciones, y estar bien en todos los demás factores, tanto en lo físico cómo en lo psicológico.”

En cuanto al favoritismo de un equipo u otro y a las intenciones en relación con el planteo del partido, Tabárez fue muy cauteloso. “Eso del favoritismo en los partidos es más una cuestión de los medios que del fútbol en sí. Son opiniones que muchas veces no están respaldadas por la realidad de un partido –dijo–. Para nosotros perder o empatar es lo mismo, lo único que nos clasifica es ganar, eso es lo único que no nos hace depender de nadie. Así que vamos a ir a buscar eso, con todo el respeto por el equipo rival”, agregó.

Al igual que sus jugadores, Tabárez, quien prefirió no hablar de la Selección Argentina ni del mal momento que atraviesa, deposita todas sus esperanzas en lo que puedan hacer mañana sus jugadores. “Basamos nuestras expectativas, que confieso que las tenemos, de clasificarnos mañana, más que nada en cómo estamos nosotros y, como en toda planificación, vamos a tratar de limitar sus virtudes de ataque, a sus hombres fundamentales y también vamos a tratar de crearles problemas, porque de eso se trata un partido de fútbol, en el que cada equipo trata de imponer su estrategia de juego”, manifestó el ex técnico de Boca. Y a propósito del mal momento argentino, apenas atinó a señalar: “No creemos en los malos momentos, no vamos a descuidarnos”.

Para Tabárez, lo mejor que tiene la selección uruguaya es la conformación del grupo de jugadores y el compromiso que éstos tienen con la Celeste. “Una de las cosas importantes del plantel y que la hemos destacado siempre es la cohesión desde el punto de vista grupal. Este equipo se ha levantado muchas veces de golpes muy duros y lo hizo apelando a la buena relación que hay entre los todos. Hay un gran sentimiento de adhesión a la selección”, remarcó el técnico.

“Ahora cuando nos quedaban los últimos dos partidos nos dijimos: ‘si ganamos los dos partidos que nos quedan vamos directamente al Mundial’, ya ganamos uno y ahora nos queda el siguiente, y vamos a intentar lo mismo. Tenemos esperanzas de conseguirlo, pero jamás la seguridad absoluta, pero vamos a ir de esa manera, apoyados en el profesionalismo.”

Por último, el entrenador descartó cualquier ayuda que pueda llegar desde Santiago, donde Chile recibirá a Ecuador y de ganar los locales, tanto Uruguay como Argentina, independientemente del resultado del clásico, lograrían el boleto y medio que está en juego. “Por lo que conozco a Bielsa, no dudo de que Chile saldrá a ganar para darle otra alegría a sus hinchas. Estoy seguro de que ésas van a ser las intenciones. Por mi parte, espero poder trasmitir, poder convencer a mis futbolistas de que esta es una oportunidad única: si ganamos nos clasificamos.”