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El discurso breve de Eduardo Duhalde pasó velozmente por el saludo, la pregunta por qué pensaron cuando les empataron las holandesas a dos minutos del final, el agradecimiento por la alegría “para el pueblo argentino” y terminó con “un beso grande”. Las Leonas, que lo habían esperado un rato largo mientras Daniel Scioli repartía plaquetas recordatorias de homenaje por la hazaña de las campeonas mundiales de hockey, sonrieron una vez más. Y ahí se acabó todo.
Durante y después del encuentro protocolar de ayer en la Casa Rosada, más allá de la capitana Rognoni sentada a la diestra del Presidente (foto) y contigua al sonriente técnico Vigil, fue la arquera de la selección, Mariela Antoniska, la más locuaz y expresiva en sus dichos. La guardavalla –uno de los rostros menos conocidos, por razones de camuflaje, hasta ayer mismo– no dudó en instar “a los gobernantes” a tomar como ejemplo a Las Leonas. Así lo dijo después de la audiencia especial a la que concurrieron el técnico y la mayoría de las campeonas. “Ojalá los gobernantes tomen como ejemplo de que todo se puede hacer con esfuerzo y coraje”, dijo la arquera en declaraciones a Canal 7.
“Quiero agradecerles por esta alegría que le dieron al pueblo argentino, en el año más difícil de la historia que nos tocó vivir. Han llevado a cabo una hazaña”, había declarado Duhalde. Fue una conversación cordial de 10 minutos. Después, Antoniska habló como para que atajara otro.