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Por Daniel Guiñazú

Jorge Fernando “Locomotora” Castro buscará esta noche, en el ring del Celebrity Theatre de Phoenix, Arizona, algo parecido a una quimera pugilística: ganarle al kazajo Vassily Jirov, el título de los cruceros de la Federación Internacional. Jirov es un noqueador tremendo (27 triunfos por fuera de combate sobre 30 peleas profesionales, 17 en los tres primeros asaltos) y además, le lleva al santacruceño, una ventaja de 11 centímetros de estatura. Lo único que puede complicarlo o demorarle la victoria es aquello que ha llevado a Castro hasta aquí: su corazón y su astucia de peleador. Habrá que ver esta medianoche y con televisación en directo de TyC Sports si esos atributos le resultan suficientes.
En diciembre de 2000, “Locomotora” ya hizo un intento por el campeonato de esta división. Y le fue muy mal: en Alemania, el campeón crucero del CMB, el cubano Juan Carlos Gómez lo venció por nocaut técnico en 10 rounds. Ahora se anima otra vez. Y da ventajas por todos lados: Jirov es un crucero natural y está en condiciones de definir con una sola mano.
Castro, en cambio, trepó a los 86,183 kg.(límite de la categoría) a fuerza de un entrenamiento descuidado y desaprensivo y sabe de antemano, que no tiene pegada para noquear y que a lo sumo, puede llegar a definir por acumulación de castigo. El santacruceño apuesta a una mano voleada y a su coraje como armas excluyentes de pelea. Todo esta dado para su derrota. Su triunfo será una hazaña, un milagro o algo similar a ello.