DEPORTES
Balance de un año difícil de olvidar
La final de Nalbandian en Wimbledon, el número uno de Paola en dobles, los títulos de Cañas, Gaudio y Chela; más la Davis...
Con dos jugadores entre los quince mejores del mundo, David Nalbandian y Guillermo Cañas, sumados a la final de Wimbledon lograda por el cordobés, los ocho títulos ATP conseguidos y al arribo hasta las semifinales de la Copa Davis, los tenistas argentinos tuvieron un 2002 notable y transformaron a la temporada en una de las mejores de todos los tiempos. Pero el éxito no fue sólo patrimonio de los varones. Entre las chicas, Paola Suárez accedió al número uno del mundo en dobles, su gran especialidad, tras ganar dos títulos de Grand Slam, mientras que Clarisa Fernández sorprendió con su clasificación a semifinales en Roland Garros.
Al finalizar el año como el número doce del mundo, Nalbandian se convirtió en el tenista argentino con mejor ranking de final de temporada desde que Alberto Mancini ocupó el noveno puesto en 1989. Precisamente, hasta ese año hay que remontarse para encontrar dos tenistas argentinos entre los 15 mejores, ya que en aquella temporada Martín Jaite se ubicó undécimo. Ahora, en el 2002, a Nalbandian lo acompañó Cañas, que culminó 15º, manteniendo la misma posición en la que finalizó el 2001. Lo mejor es que no son los únicos. Argentina cuenta con siete tenistas entre los primeros cincuenta del mundo. Luego de Nalbandian y Cañas, Gastón Gaudio se ubica 21º; Juan Ignacio Chela, 23º; José Acasuso, 40º; Agustín Calleri, 45º; y Guillermo Coria, 46º. Una situación inédita en la historia y que le permite figura por encima de potencias como Estados Unidos y España.
Pero el gran año del tenis argentino no sólo está representado en el ranking. El nivel lo demuestran los ocho títulos de ATP logrados, entre ellos uno de Masters Series obtenido por Cañas, y la histórica final de Wimbledon alcanzada por Nalbandian. Además, por equipos también logró actuaciones brillantes. En mayo se coronó por segunda vez en la historia en la ex Copa de la Naciones en Düsseldorf, repitiendo el logro de 1980. Además, en el regreso al Grupo Mundial tras diez años de ausencia, el conjunto argentino alcanzó las semifinales de Copa Davis, donde perdió en Moscú 3-2 con Rusia, que luego se consagró campeón.
Otro de los grandes impactos del año lo dio Cañas en Toronto, donde dejó en el camino sucesivamente a 4 top ten –el suizo Roger Federer, los rusos Marat Safin y Yevgueny Kafelnikov y el alemán Tommy Haas–, para luego derrotar en la final a la promesa estadounidense Andy Roddick. También tuvo su momento de gloria Gastón Gaudio, que ganó sus dos primeros títulos de ATP en semanas consecutivas. Primero celebró en el Conde de Godó y luego se quedó con el torneo de Mallorca. Los otros títulos los aportaron Cañas (Chennai), Chela (Amersfoort) y Acasuso (Sopot).
Entre las mujeres, el hito del año lo consiguió Paola Suárez, quien tras ganar el título de dobles en Roland Garros y el US Open junto a la española Virginia Ruano Pascual, se convirtió en la primera argentina en llegar al número uno del mundo. De esa manera, la tenista pergaminense obtuvo un merecido premio a una trayectoria a la que nunca le faltó esfuerzo y dedicación.
El otro momento de gloria lo vivió la juvenil cordobesa Clarisa Fernández, que salió del anonimato al arribar a las semifinales de Roland Garros. En el Abierto francés dejó en el camino a la francesa Sandrine Testud y a las belgas Justine Henin y Kim Clijsters, esta última campeona del Masters de Los Angeles. Su ilusión se terminó en la semi, cuando se le cruzó por el camino Venus Williams. Mientras tanto, Mariana Díaz Oliva aportó lo suyo con su primer título WTA en Palermo y una actuación decisiva en Budapest, donde Argentina logró mantenerse en la máxima categoría de la Copa Federación al vencer a Hungría.
En definitiva, un 2002 brillante –justo 25 años después de que Vilas alcanzara su punto máximo con la conquista de dos Grand Slam–, que autoriza a ilusionarse con un mejor 2003 por la calidad y juventud de este grupo de jugadores.