DEPORTES › EL SUB-20 DE LA ARGENTINA VENCIO 1-0 A CHILE EN EL SUDAMERICANO
Otro triunfo para empezar a creer
Con un gol de Fernando Cavenaghi, el equipo de los pibes logró su segunda victoria consecutiva en Colonia, esta vez jugando mejor y sin dejar tantas dudas. Tocalli acertó con los cambios, especialmente al mandar a Tevez a jugar como delantero y al ubicar a Pérez como enganche.
La victoria del Sub-20 por 1-0 sobre Chile acercó a la Argentina a la clasificación para la segunda fase del Sudamericano de la categoría que se está disputando en Uruguay. Especialmente después de que Paraguay venciera 1-0 a la debutante Venezuela y ambos equipos se consoliden en la punta del Grupo B, seis puntos por delante de los demás equipos cuando se clasifican tres para la ronda final.
Pero ese detalle estadístico seguramente que no fue el que más entusiasmó a Hugo Tocalli y los suyos a la hora de repasar el partido, aunque no debe haberles pasado inadvertido. Porque la gran cosecha de los pibes argentinos en el desparejo campo del Alberto Suppici de Colonia fue haber forjado una impresión superior a la que habían dejado en el debut, el lunes pasado ante Colombia, cuando ganaron casi con angustia.
Lo que sucedió anoche tuvo otro tenor, mucho más reconfortante. Porque más allá de la victoria trascendente, a Tocalli le quedó la serenidad de haber acertado con los cambios que impulsó en la búsqueda del equipo ideal. Aquello que el entrenador juvenil había solicitado en el día de descanso, eso de “soltarse en la cancha, tener la pelota, jugar con precisión y con tranquilidad” se fue cumpliendo en el terreno, frente a una selección chilena que, si llegó a Uruguay con humos de campeón, no demostró temperamento para mostrar que podía cumplir con semejante cometido.
Tocalli les encontró la vuelta a algunos problemas evidenciados en el debut, que habían generado lagunas en el rendimiento del equipo, que había quedado en deuda comparando el potencial con lo producido en el campo. Y las variantes que impuso el entrenador dieron el siguiente resultado:
- Tevez pasó de generador de juego a punta definida por derecha. Si la preocupación era la producción de volumen de juego, Tocalli entendió que no era el volante de Boca, en esta circunstancia, el que podía proporcionársela, y se decidió por mandarlo de punta, a compartir el ataque con Cavenaghi, con menos responsabilidades, más suelto. Y Tevez cumplió: por la derecha obligó siempre al foul, y de uno de ellos llegó el gol argentino.
- Encontró en Patricio Pérez al enganche que precisaba. Aun con una marca encima –Estrada lo siguió por toda la cancha–, el rubiecito de Vélez le dio otra movilidad al equipo de tres cuartos hacia delante, que le cambió el ritmo. Una vez que le encontró la mano, y pudo combinar con los dos de arriba, el partido quedó liquidado. El despliegue obligó a cambiarlo a los diez del complemento; al minuto, salió su marcador.
- Poniendo a Colace a trabajar en el quite al lado de Mascherano, Tocalli dotó al equipo de un paredón contra el que rebotaron permanentemente las intenciones chilenas de llegar tocando hasta el área argentina. Por eso, Chile llegó una sola vez con peligro al arco argentino, cuando Rubio remató de media vuelta en el área al minuto del partido, mientras los pibes se acomodaban en la cancha. Después, con el correr de los minutos, a los chilenos sólo les quedó el remate de media distancia para acercarse. Con esa dupla central –atrás, García tuvo solvencia para reemplazar al suspendido Gonzalo Rodríguez, cortando cuando el equipo se retrasó en el complemento– los volantes laterales, Carrusca por izquierda y Jonás Gutiérrez por derecha, pudieron jugar tanto en la marca como en la salida.
Con esas virtudes, bastó que se destrabaran las ya conocidas –como la picardía de Cavenaghi ante el arco rival– para asegurar el resultado. El gol llegó con un centro desde la derecha que sobró a Toro y el goleador paró con la izquierda, acomodó con la derecha y resolvió suave ante la salida de Pinto. Pudo aumentar en el segundo cuando le hizo un sombrero al arquero y Vera salvó sobre la raya. El rubio terminó siendo una pesadilla.
Mañana espera Venezuela, un compromiso que parece especial tanto para lograr la victoria y asegurar la clasificación como para seguir sumando minutos de juego asociado y consolidando al equipo. Uno vendrá con lo otro.