SOCIEDAD › MIDEN LA VELOCIDAD DE PROPAGACION DE LA GRAVEDAD

Albert Einstein tenía razón

 Por Leonardo Moledo

Una vez más, Albert Einstein tenía razón. Resulta que un equipo internacional de radioastrónomos midió por primera vez la velocidad en que se propaga la gravedad, confirmando así en la práctica un dato de la famosa Teoría General de la Relatividad formulada por Einstein en 1916. El notable experimento, cuyos resultados se conocieron ayer aunque en realidad se llevó a cabo hace cuatro meses, fue realizado por un grupo de científicos del Observatorio Nacional de Radioastronomía, Virginia, y de la Universidad de Missouri, Columbia, ambos en Estados Unidos.
Lo que hicieron los radioastrónomos fue aprovechar una rara alineación espacial entre la Tierra, Júpiter y un cuásar lejano –un cuerpo celeste extremadamente luminoso a miles de millones de años luz– para medir por primera vez la velocidad de la gravedad, una fuerza de la que nada ni nadie escapa: todo cuerpo, desde la más diminuta partícula subatómica hasta la galaxia más lejana, está sujeto a ella.
En 1916, Einstein formuló la formidable Teoría de la Relatividad. En ella, extendía la afirmación ya hecha en su Teoría de 1905 (a saber, que ningún fenómeno en el Universo puede propagarse más rápido que la luz -300 mil kilómetros por segundo–) al campo gravitatorio que tampoco podía superar esa dolorosa barrera. Así, Einstein puso fin a un postulado de la Ley de Gravitación Universal de Newton que proclamaba que la fuerza de gravedad se propagaba en forma instantánea, es decir, con velocidad infinita. El experimento norteamericano confirma el hecho.
El domingo 8 de septiembre, Júpiter se interpuso entre la luz que venía del cuásar en cuestión y la Tierra, y así se dieron las condiciones para desarrollar el experimento. Las ondas gravitatorias producidas por el desplazamiento del campo gravitacional de Júpiter curvaron la delgada línea de luz proveniente del cuásar, haciendo que éste se viera (mientras el gran planeta pasó a través del haz de luz cuasárico) “movido” sobre el fondo del Universo. Los astrofísicos midieron el ínfimo desplazamiento de la posición del cuásar, que depende precisamente de la velocidad de la gravedad. Las observaciones, hechas con una red de diez telescopios de 25 metros instalados desde las islas Vírgenes hasta Hawaii, concluyeron el 12 de septiembre. Desde entonces, los equipos de Virginia y Missouri analizaron minuciosamente los datos grabados en video. Finalmente, en una reunión anual de la Sociedad de Astronomía de Estados Unidos, en Seattle, presentaron con bombos y platillos los resultados: la gravedad se propaga a la velocidad de la luz. Exactamente como el Gran Albert había dicho hace 87 años.

Informe: Federico Kukso.

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