EL PAíS › NO CREEN EN LAS CHANCES DE MENEM PARA UNA SEGUNDA VUELTA

Ya hay siete gobernadores a favor

 Por Martín Piqué

Luego de instalar al gobernador de Santa Cruz, Néstor Kirchner, como candidato presidencial del flamante “frente renovador” del PJ, el Gobierno salió a buscar el apoyo de los gobernadores justicialistas. De esa forma, el duhaldismo procuró obtener sustento político para su última estrategia electoral y, de paso, lograr cierta impronta “federal” para la iniciativa, que se consolidó en los despachos bonaerenses. Siete gobernadores anticiparon su apoyo, pero lo hicieron en privado, en un estricto bajo perfil. Como se esperaba, el respaldo más importante lo aportó el bonaerense Felipe Solá, quien ayer se encontró en La Plata con el propio Kirchner, en una reunión armada a último momento por José Pampuro.
El gobernador Solá tenía previsto viajar a Chapadmalal, donde lo esperaba el intendente de La Matanza, Alberto Balestrini, para evaluar los últimos acontecimientos de la interna del PJ. Pero el mandatario tuvo que postergar el viaje y se recluyó en una reunión con Kirchner y uno de sus principales apoyos en el Gobierno, el secretario general de la presidencia, Pampuro. Durante la charla, el funcionario anticipó que la semana próxima –cuando Duhalde regrese de un viaje a Brasil– comenzará el “proceso de presentación pública”, lo que implica que el Presidente bendecirá en público la candidatura de Kirchner.
Esa señal de apoyo, sin tapujos ni medias tintas, es lo que han estado reclamando los gobernadores del PJ como condición previa para, luego, manifestarse a favor del santacruceño. Duhalde lo sabe, y por eso comenzó a instalar al patagónico como el candidato del nuevo espacio “renovador” del peronismo. Entonces, una vez que el Presidente le levante la mano a Kirchner, los jefes provinciales que ya prometieron su apoyo –además de Solá, Eduardo Fellner (Jujuy), Gildo Insfrán (Formosa), Carlos Juárez (Santiago del Estero), Julio Miranda (Tucumán) y Daniel Gallo (Tierra del Fuego)– exteriorizarán su apoyo a su par de Santa Cruz.
Algunos gobernadores tienen cierta distancia con Kirchner, a quien recuerdan con algún disgusto de las negociaciones en el Consejo Federal de Inversiones (CFI), durante la gestión de Fernando de la Rúa. Pero existe una razón que los acerca al santacruceño, y es, sobre todo, la urgencia por preservar sus carreras políticas. “Menem no gana el ballottage, ésa y no otra ha sido su cruz para que los gobernadores no lo apoyen”, explicaba ayer un asesor muy ligado a uno de los gobernadores “chicos”, de lo que hace un tiempo se llamaba Frente Federal.
Donde aún se mantiene la incertidumbre es con el santafesino Carlos Reutemann, siempre imprevisible, a quien algunos ven demasiado respetuoso con el riojano. “Si quiere apoyar a Menem, que lo apoye”, se desentendía ayer, en tono desafiante, un paradigmático representante del oficialismo. En cambio, el otro gobernador del eje “San-Cor” –sobre el que se apoyó Duhalde en los primeros tramos de su gestión–, José Manuel de la Sota, tiene reservado un lugar importante en el diseño duhaldista. Archivada su candidatura, al Presidente le gustaría verlo como acompañante de Kirchner en la fórmula presidencial. Pero el patagónico prefiere a un bonaerense -léase Balestrini– o a Daniel Scioli, con muy buena imagen en el interior.
Ayer, mientras se preparaba una reunión con gobernadores para la semana próxima, varios miembros del Gobierno respiraron tranquilos. Juzgaban que luego de una serie de errores políticos que desgastaron a todos los eventuales adversarios de Menem, el Presidente había, por fin, hecho lo más razonable. “Kirchner es el mejor candidato desde hace más de dos meses. Tendríamos que haberlo apoyado antes”, se quejó Pampuro en diálogo con Página/12. Por cierto, el secretario de estado fue un acérrimo impulsor de la candidatura del patagónico, y ayer aprovechó para pasar varias facturas a otros dirigentes del duhaldismo. El matancero Balestrini repitió el mismo argumento: “La de Kirchner es la única posibilidad, real y cierta, de que alguien pueda competir con Menem con alguna chance.”
En el encuentro de Solá y Kirchner en La Plata, que se realizó en simultáneo con una reunión de Duhalde con el PJ bonaerense, también seanalizó cómo se integrarán “los distintos sectores” a la nueva corriente del PJ. “Después de que consensuemos en el PJ, los apoyos, hasta de fuerzas no justicialistas, van a ir en crescendo hasta la elección”, se jactaba ayer un ministro que no se caracteriza por el optimismo.

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