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No hubo operativo clamor que valiera. “No insistan más; yo empeñé mi palabra y el 25 de mayo me voy. Por más que insistan en que me tengo que quedar o rever mi posición, la respuesta es no”, les dijo ayer Eduardo Duhalde en Olivos y los principales dirigentes del peronismo bonaerense terminaron por convencerse de que no será candidato. Obligados por las circunstancias más que por convicción, los duhaldistas empezaron así a encolumnarse detrás de la candidatura de Néstor Kirchner, que de todos modos no termina de satisfacerlos por dos motivos: una, porque desconfían de que el santacruceño vaya en verdad a continuar con la actual política del Gobierno; dos –y tal vez la más importante–, porque dudan de que Kirchner pueda conseguir dentro de las filas mismas del peronismo la misma cantidad de votos que cosecharía Duhalde.
La tropa duhaldista volverá a reunirse el martes o el miércoles de la semana próxima con su jefe, pero algo quedó claro ayer: Duhalde no peleará por continuar en la Casa Rosada más allá del 25 de mayo. No por nada todos los que participaron del encuentro en Olivos coincidieron en señalar que “su candidatura está sepultada”.
Fue el mismo Duhalde quien se encargó de que esa fuera la impresión que se llevaran quienes llegaron a verlo para pedirle por enésima vez que lanzara su candidatura como un modo de forzar el alineamiento detrás de la postulación de Kirchner. Los partícipes de esa suerte de “operativo clamor” eran, entre otros, José María Díaz Bancalari, Manuel Quindimil, Hugo Curto, Osvaldo Mércuri, Julio Alak, Baldomero Alvarez y Julián Domínguez.
No fue de la partida en intendente de La Matanza, Alberto Balestrini, quien al mediodía había proclamado su apoyo por el santacruceño. “Representa –fueron sus palabras– la renovación que se debe dar en el justicialismo y es el hombre para seguir la gestión de Duhalde.”
Descartada la posibilidad de Duhalde candidato aún en el caso de que las elecciones sean más cerca de fin de año, la conversación trocó de inmediato en torno de la alternativa de apoyar a Kirchner. “Lo que se habló fue que ante la imposibilidad de tener a Duhalde como candidato, el peronismo de la provincia va a apoyar a quien encabece un espacio político que preserve el modelo que se está desarrollando. Si Kirchner asume el compromiso de continuar con la actual política puede ser que lo apoyemos, pero debe hacerlo públicamente porque hasta ahora ha sido bastante esquivo a la mayoría de las medidas impulsadas por el Gobierno”, contó a Página/12 Alvarez.
Las dudas del aparato bonaerense, de todos modos, no pasan sólo por las sorpresas con las que el santacruceño podría aparecer una vez en el poder. “El punto es cuál es su inserción en el peronismo de la provincia. Si Duhalde era candidato era seguro que lo votaban incluso muchos de los que hoy están con (Adolfo) Rodríguez Saá, pero con Kirchner habría que ver qué pasa y hasta que punto pesa el guiño de Duhalde a su candidatura”, se sinceró otro de los participantes del encuentro de Olivos.
En otras palabras, lo que preocupa a los duhaldistas es encontrar la mejor forma de preservar su poder. Es por eso también que Duhalde llamó a los suyos a “defender” la provincia y su candidato y todos acordaron que el gobernador Felipe Solá –quien participará de la reunión de la semana próxima– sea la expresión de la “renovación” bonaerense.