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Byron Moreno, detenido en Nueva York por posesión de heroína, tuvo sus cinco minutos de fama en el Mundial de 2002. En tierras coreanas, Italia conoció a fondo a este árbitro ecuatoriano, seleccionado por la FIFA entre los mejores del mundo. Dirigida por el conservador Giovanni Trapattoni, Italia tenía un equipo con figuras de la talla de Buffon, Panucci, Maldini, Nesta, Del Piero, Totti y Vieri.

En octavos de final se tropezó con Moreno y con un “gol de oro” anotado por el entonces jugador del Perugia Jiung Hwan Ahn en el minuto 117. Los italianos acusaron a Moreno de la despedida del Mundial por una serie de “errores”, entre ellos un gol anulado a Tomassi y la expulsión de Totti en el minuto 102 por simular una falta. La estrella sostuvo después que había sido objeto de un claro penal.

El ex árbitro llegó el lunes a Nueva York en un vuelo procedente de Guayaquil, pero en la aduana “el demandado se puso visiblemente nervioso –dice la denuncia–. En el posterior cacheo, un oficial percibió objetos sólidos a la altura del estómago, la espalda y las piernas del demandado”. Se le encontraron diez bolsas con heroína, que en conjunto pesaban más de seis kilos, por valor de 400 mil dólares. “¿Seis kilos de heroína? En 2002 no los tenía en los bolsillos, sino en el cuerpo...”, bromeó ayer Buffon.

Aquella eliminación irritó a Italia entera y hasta el presidente del Perugia, Luciano Gaucci, llegó a proclamar que no le renovaría el contrato a Ahn, pero se retractó más tarde. Fue el delantero coreano quien se marchó. La FIFA cortó las actuaciones mundialistas de Moreno, le retiró el carné y le abrió una investigación que concluyó sin cargos, aunque no volvió a dirigir partidos internacionales.

Moreno sí fue condenado por los italianos. Totti no dudó en calificarlo de “gordo”. “Le sobran 20 kilos, no puede correr y está siempre lejos de la acción”, dijo. Ayer continuaron criticándolo: “Los hechos son tan graves que hablan por sí solos”, opinó Trapattoni. “Esta es la confirmación de que Moreno no es alguien muy limpio, pero no se pueden relacionar las dos situaciones con ocho años de intervalo, sería deshonesto”, comentó el dirigente de la Federación Italiana de Fútbol (FIGC) Giancarlo Abete.

Nadie le puede negar a Moreno su vocación arbitral: comenzó a dirigir partidos con 18 años. Pero sus antecedentes eran temibles. En la Copa América de 1997, Moreno dejó a Argentina con ocho jugadores en sólo dos minutos en el partido contra Perú. Marcelo Gallardo, Eduardo Berizzo y Gustavo Zapata vieron la roja y Perú, que venció 2-1, nunca más pudo ganarle a la Argentina. Un año más tarde, en un partido en Río de Janeiro entre Vasco Da Gama y América, expulsó a seis jugadores, dos del equipo brasileño y cuatro del mexicano.

En Ecuador, donde lo apodaban “El Justiciero”, concluyó un partido a los 73 minutos tras expulsar a siete jugadores, dos de Green Cross y cinco de Delfín. En otro partido, permitió que se jugase durante 103 minutos y en el tiempo añadido la Liga de Quito anotó los goles que le dieron el triunfo por 4-3 sobre el Barcelona de Guayaquil.

La Federación Ecuatoriana lo sancionó con 20 jornadas por hacer constar en el acta “hechos falsos” (escribió que los tantos de la Liga habían sido convertidos en los minutos 89 y 90) y cuando reapareció, en abril de 2003, cometió más errores que merecieron nuevos castigos. Se retiró en junio de ese año, acusando a la Federación de operar en su contra.

Actual comentarista de la TV ecuatoriana, permanece en prisión sin fianza en Nueva York tras haber sido detenido el lunes en el aeropuerto JFK por “importar heroína de manera consciente, intencionada e ilegal”, según la denuncia de un agente del Servicio de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos.