Era un bastión prácticamente inexpugnable. Durante la mayor parte de sus setenta años de historia, sólo uno o dos partidos de cada diez terminaban en agonía local. Pero esa fortaleza se debilitó en los últimos tiempos. También sucede con otros coliseos, pero años atrás era impensado que a Boca le cobraran un penal en contra en los últimos minutos de un partido en la Bombonera. Pero sucedió dos fechas atrás, ante Lanús. “Los rivales nos perdieron el respeto”, suele decir el goleador histórico del club de la Ribera, Martín Palermo. En los dos últimos años, Boca perdió catorce de los 40 partidos que disputó en condición de local, en su estadio. Es decir, uno de cada tres.

Inaugurada en 1940, la Bombonera albergó 1233 partidos con Boca como local, de los cuales sólo el 15 por ciento terminó en derrota. Su leyenda es pretérita. La Máquina de River nunca pudo ganar allí: recién en 1948, ocho años después de la inauguración, el clásico rival logró su primer triunfo, 2-1, con goles de Labruna y Reyes. Después pasó once años sin vencer en la Bombonera entre la década del ’50 y la del ’60, ni siquiera cuando fue campeón en 1956 o en 1957.

Hasta no hace mucho era territorio vedado para la alegría rival. Entre marzo de 2007 y septiembre de 2008, Boca edificó un invicto de 39 partidos, entre encuentros oficiales y partidos de Copa. Pero la noche se vino como una fiebre de primavera: el 21 de septiembre de 2008 Tigre venció 3-2, con goles de Luna y Morel (2), dirigido por Diego Cagna. Corría la 7ª fecha del Apertura 2008. Dos fechas más tarde, en la novena, Estudiantes superó a Boca 2-1, y en la 15ª fue el turno de Vélez, que ganó 3-2. Tres derrotas en la Bombonera en cinco partidos presagiaban un momento funesto, aunque Boca logró ganar el título de ese campeonato en el recordado triangular final contra Tigre, precisamente, y San Lorenzo.

La racha negativa se mantuvo en el torneo siguiente, el Clausura 2009: Boca perdió otros tres partidos como local (2-0 ante Newell’s en la 7ª fecha, 3-2 frente a Banfield en la 12ª y 2-1 con Gimnasia en la 18ª). Se redujo a dos caídas en el Apertura 2009 (3-2 con Godoy Cruz en la 5ª y 2-1 con Independiente en la 17ª) y se amplió este año, con tres derrotas en el Clausura (con Racing en la 8ª, Central en la 12ª y Huracán en la 18ª, todas por 2-1) y otras tres en lo que se lleva jugado del Apertura, con Claudio Borghi dirigiendo al equipo: ante Racing (2ª jornada), San Lorenzo (5ª) y Lanús (9ª), también por el mismo resultado: 2-1.

En total, Boca perdió 14 partidos desde que acabó la racha de la Bombonera. Ya no le tienen tanto respeto, sugiere Palermo. “Llevarse los tres puntos de la Bombonera tiene que ser, para los rivales, una cuestión de vida o muerte”, pidió tras la caída ante Lanús. Hacer dos goles en la cancha de Boca ya no es tan duro o difícil como antes.

Boca recibe el domingo a Huracán, uno de los equipos más flojos del campeonato. El rival no es siquiera el equipo del arranque del año, cuando ganó en la Bombonera después de once años sin triunfos allí, la noche en que Riquelme se lesionó. Aunque el astro no regresa este domingo, Boca tiene chances de revertir la tendencia. La alternativa es seguir alimentando la debilidad de la Bombonera.