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Ayer se cumplieron 20 años de la muerte de Garrincha, el mejor delantero diestro en la historia de Brasil; campeón del mundo en Suecia ‘58 y Chile ‘62. Para Brasil jugó 60 partidos y marcó 17 goles, mientras que en Botafogo disputó 581 partidos, marcó 249 goles y fue campeón de Río de Janeiro en 1957, 1961 y 1962. También jugó en el Corinthians, el Flamengo y el modesto Olaría y en Júnior de Barranquilla. Garrincha fue el primer futbolista que sacó la pelota de la cancha para permitir la asistencia a un jugador rival. Amigo de la noche y las mujeres –se casó cinco veces y tuvo 14 hijos, uno extramatrimonial–, murió en la pobreza y olvidado.