Juan Román Riquelme dio una vuelta y da la vuelta. Después de seis meses fuera de las canchas, el astro de Boca vuelve a jugar hoy al fútbol, contra Argentinos en la Bombonera. Para calmar la ansiedad que le provoca el retorno (“lo espero con muchos nervios, no como si fuera el debut, pero algo parecido”) pasó la tarde en el autódromo de Buenos Aires, anduvo por la pista y dejó sensaciones con miras al partido de hoy y al superclásico de la semana que viene, contra River, un choque que declaró “querer ganar” con mucha decisión.

“Para mí, el partido de mañana (por hoy) es muy importante –dijo Riquelme a Página/12–, no sólo porque Argentinos es un rival digno, el actual campeón, sino porque me va a servir para llegar lo mejor posible al superclásico con River.” La presencia de Riquelme en el box del equipo Petrobras durante los primeros entrenamientos de los 200 Kilómetros de Buenos Aires del TC2000 conmocionó a la calle de boxes del autódromo, y los que no pudieron sacarse fotos con el astro lo hicieron con sus compañeros Lucas Viatri (“la vuelta de Román le va a ser de mucha utilidad al equipo”, consideró), Javier García y Matías Giménez.

“Vuelvo después de una larga ausencia, la más larga de mi carrera, y eso me genera una ansiedad lógica –aceptó Riquelme–. No sé en qué condición voy a llegar al partido contra River, porque sólo será el segundo encuentro, pero tengo una gran expectativa para el Monumental.”

Riquelme debutará en el Apertura, por primera vez dirigido por Claudio Borghi, que siempre que puede confiesa su admiración por el astro. Antes de ser sometido a la operación de su rodilla izquierda, jugó su último partido el 9 de mayo, en la Bombonera, ante Huracán. En el largo período de recuperación, además, se produjo la extenuante negociación para la renovación de su contrato, a la que se oponía media comisión directiva, y luego el debate sobre la ocasión propicia para su regreso efectivo. Finalmente, sucederá en la 13ª fecha, contra el Argentinos de Pedro Troglio. “No va a ser un partido sencillo” insistió.

De buen humor, firmó autógrafos, dejó que los fanáticos lo retrataran y accedió a posar con los mecánicos del equipo Petrobras (curiosamente, el sponsor de River), antes de correrse hasta el box de Chevrolet para saludar a un reconocido hincha de Boca, el varias veces campeón de TC Guillermo Ortelli. “Esto me sirve para desenchufarme”, le contó a este diario después de subirse, para dar una vuelta al circuito, a un Honda New Civic “picadito” manejado por Leonel Pernía, el líder del torneo de TC2000 e hijo de Vicente, el mítico marcador de punta de Boca, que también brillara con los autos de carrera.

“A Leonel lo conocía poco, tenemos un amigo común, el Pepe Basualdo, que nos trajo hasta acá –explicó–. Los que saben de automovilismo son Lucas (Viatri) y Javier (García), ellos me fueron asesorando mientras veníamos para acá.” Pernía, ex futbolista, “hizo un par de entrenamientos con no-sotros en Boca –recordó Riquelme–, pero por lo que vi, fue mejor que se dedicara al automovilismo”, bromeó. ¿Y la vuelta? “Extraordinaria, fuimos rápido, y no puedo creer que los autos en carrera vayan más rápido todavía.”