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La idea de un torneo de 38 equipos no es mala. Vale. Está bien que se supriman los promedios en los descensos; está bien que vuelvan los clásicos; está bien que se federalice un poco más el fútbol; está bien que se mueva algo en el actual sistema de torneos. Es perfectible, pero no está mal.

Lo que está mal, lo inaceptable es todo que rodea a la idea, el desmanejo de la AFA, la manipulación de los medios al compás de sus intereses políticos y económicos, los marchas y contramarchas del Gobierno y el oportunismo de la oposición rabiosa empeñada en destruirlo todo. La suma de semejantes despropósitos provoca un enorme escepticismo.

No se le puede creer a la AFA cuando dice que esto no se hace para salvarlo a River ni por presiones de la televisión estatal ni nada de eso, pero ¿tampoco habría que creeerle a Cherquis Bialo cuando dijo que todo este quilombo se armó porque River se fue al descenso?

No se le puede creer a Clarín. Manipula con títulos mentirosos, encuestas apresuradas, busca voces de oposición, silencia las voces de quienes pretenden aclarar confusiones y opera por un interés específico: la pérdida de los derechos de televisación del Nacional B. Tampoco se le puede creer a La Nación, que corporativamente se alinea con Clarín en todo lo que puede expresar una crítica abierta o solapada al Gobierno.

Y con toda razón se podría desconfiar también del autor de esta nota (y otros periodistas), que suelen ver con simpatía la mayoría de los actos de Gobierno y minimizan y disimulan las desprolijidades que se cometen en la lucha contra los medios hegemónicos.

En medio de tanto escepticismo, uno no pierde las esperanzas de que alguna vez se apueste de verdad a la democratización y a la transparencia. Y en ese sentido esta propuesta:

l Que la AFA convoque a un concurso público de ideas para un nuevo torneo, entre las que figuraría, naturalmente, la del empesario Daniel Vila, que es la que ahora está en discusión.

l Que se forme una comisión con dirigentes, jugadores, ex jugadores, técnicos y periodistas para que analicen cada una de las ideas presentadas.

l Que se llame a una votación de hinchas para que se elija entre por lo menos tres modelos propuestos.

l Que se respete alguna vez la voluntad popular más allá de Grondona, la AFA, la televisión, los multimedios y el gobierno de turno.